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Esta colección de cartas de Nelson Mandela desde la cárcel, recopiladas meticulosamente a lo largo de diez años, ofrece una visión profunda de su carácter y su evolución moral durante sus 27 años de encarcelamiento. Aunque muchos encuentran las cartas inspiradoras y bellamente escritas, algunos críticos argumentan que la censura disminuyó su profundidad, cuestionando su impacto general.
Ventajas:Ofrece una visión profunda del carácter y la evolución moral de Nelson Mandela.
Desventajas:Magníficamente escrito, con una profundidad emocional convincente.
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The Prison Letters of Nelson Mandela
Detenido en 1962 cuando el régimen sudafricano del apartheid intensificaba su brutal campaña contra los opositores políticos, Nelson Mandela, abogado de 44 años y activista del Congreso Nacional Africano, no tenía ni idea de que pasaría los siguientes veintisiete años en la cárcel. Durante sus 10.052 días de encarcelamiento, el futuro líder de Sudáfrica escribió multitud de cartas a las inflexibles autoridades de la prisión, a compañeros activistas, a funcionarios del gobierno y, lo más memorable, a su valiente esposa, Winnie, y a sus cinco hijos. Ahora, 255 de estas cartas, muchas de las cuales nunca se han publicado, ofrecen una visión excepcional de cómo Mandela mantuvo su espíritu interior mientras vivía en un aislamiento casi total, y cómo se relacionó con un mundo exterior cada vez más indignado por su difícil situación.
Organizadas cronológicamente y divididas por los cuatro lugares en los que estuvo recluido como preso condenado, The Prison Letters of Nelson Mandela comienza en la prisión local de Pretoria, donde Mandela estuvo recluido tras su juicio de 1962. En 1964, Mandela fue trasladado a la prisión de Robben Island, donde su dura existencia sólo se vio aligerada por las visitas y las cartas de sus familiares. Después de dieciocho años, Mandela fue trasladado a la prisión de Pollsmoor, un gran complejo a las afueras de Ciudad del Cabo con camas y mejor comida, pero donde él y cuatro de sus compañeros fueron confinados a una celda en la azotea, apartados del resto de la población reclusa. Finalmente, Mandela fue trasladado a la prisión Victor Verster en 1988, donde permaneció recluido hasta su liberación el 11 de febrero de 1990.
Con facsímiles de algunas de sus cartas, este volumen histórico revela cómo Mandela, abogado de formación, defendió los derechos humanos de los presos. Revela que era un padre cariñoso, que escribía a su hija: "A veces desearía que la ciencia pudiera inventar milagros y hacer que mi hija recibiera las tarjetas de cumpleaños que le faltan y tuviera el placer de saber que su papá la quiere", consciente de que las fotos y cartas que enviaba simplemente habían desaparecido.
Más dolorosas aún son las cartas escritas en 1969, cuando Mandela, al que se le prohibió asistir a los funerales de su madre y su hijo Thembi, se vio obligado a consolar a sus familiares por correspondencia. Sin embargo, lo que emerge con más fuerza es el optimismo inquebrantable de Mandela: "El honor pertenece a aquellos que nunca abandonan la verdad, incluso cuando las cosas parecen oscuras y sombrías, que lo intentan una y otra vez, que nunca se desaniman por los insultos, la humillación e incluso la derrota".
Ya sea ofreciendo un apoyo inquebrantable a su esposa, también encarcelada, o esbozando una filosofía de los derechos humanos que resuena hoy en día, Las cartas desde la cárcel de Nelson Mandela revela el heroísmo de un hombre que se negó a comprometer sus valores morales frente a un castigo extraordinario. En última instancia, estas cartas sitúan a Mandela como una de las figuras más inspiradoras del siglo XX.
De Las cartas desde la cárcel de Nelson Mandela
"Un mundo nuevo no lo ganarán los que permanecen a distancia con los brazos cruzados, sino los que están en la arena, cuyas vestiduras se rasgan por las tormentas y cuyos cuerpos se mutilan en el transcurso de la contienda".
"Estoy convencido de que las inundaciones de desastres personales nunca podrán ahogar a un revolucionario decidido ni el cúmulo de miseria que acompaña a la tragedia podrá sofocarlo".
"Mi respeto por los seres humanos se basa, no en el color de la piel de un hombre ni en la autoridad que pueda ostentar, sino puramente en el mérito".
"Una buena pluma también puede recordarnos los momentos más felices de nuestras vidas, llevar ideas nobles a nuestras guaridas, a nuestra sangre y a nuestras almas. Puede convertir la tragedia en esperanza y victoria".
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)