Breve historia de la igualdad

Opiniones de los lectores

El último libro de Thomas Piketty destila los complejos temas de desigualdad y distribución de la riqueza de sus obras anteriores en un formato más accesible. Entrelaza el análisis histórico con debates políticos contemporáneos, con el objetivo de abogar por un sistema económico más equitativo. Aunque muchos consideran que el libro es interesante y esclarecedor, también suscita críticas por su falta de sentido práctico en el actual clima político de Estados Unidos.

El libro es accesible y más manejable que las obras anteriores de Piketty, repleto de relatos atractivos, ideas que invitan a la reflexión y útiles visualizaciones de datos. Muchos lectores aprecian el contexto histórico aportado, que facilita la comprensión de sistemas complejos. Se considera un recurso valioso para debatir la desigualdad y la justicia social, con un sólido respaldo académico.

Los críticos sostienen que algunas de las recomendaciones políticas de Piketty pueden ser poco realistas, sobre todo en el contexto de la política estadounidense. Existe el sentimiento de que, aunque sus ideas son intelectualmente sólidas, podrían encontrar una resistencia significativa en las aplicaciones prácticas. Además, algunos lectores opinan que el enfoque se desplaza demasiado hacia la ciencia política, con lo que podría perderse el rigor técnico que se espera de un tratado de economía.

(basado en 39 opiniones de lectores)

Título original:

A Brief History of Equality

Contenido del libro:

Elegido por los editores del New York Times Book Review.

Mejor libro del año de Public Books.

"Una llamada profunda y optimista a la acción y a la reflexión. Para Piketty, el arco de la historia es largo, pero se inclina hacia la igualdad. Sin embargo, no tiene nada de automático: como ciudadanos, debemos estar dispuestos a luchar por ella y a (re)inventar constantemente la miríada de instituciones que la harán realidad. Este libro está aquí para ayudar".

--Esther Duflo.

"Un argumento sostenido de por qué deberíamos ser optimistas sobre el progreso humano... (Piketty) ha trazado un plan inteligente, reflexivo y motivado por admirables convicciones políticas.".

--Gary Gerstle, Washington Post.

"Thomas Piketty contribuyó a situar la desigualdad en el centro del debate político. Ahora, ofrece un ambicioso programa para abordarla... Esto es economía política a gran escala, un punto de partida para el debate sobre el futuro de la política progresista".

--Michael J. Sandel, autor de La tiranía del mérito.

"(Piketty) sostiene que estamos en una trayectoria de mayor, no menor, igualdad y expone sus recetas para remediar nuestras actuales y corrosivas disparidades de riqueza".

--David Marchese, New York Times Magazine.

Es fácil ser pesimista hoy en día. Sabemos que la desigualdad ha aumentado drásticamente en las dos últimas generaciones. Sus estragos son cada vez más imposibles de ignorar. Pero el gran barrido de la historia nos da razones para la esperanza. En esta breve y sorprendentemente optimista historia del progreso humano, el economista más destacado del mundo en materia de desigualdad muestra que a lo largo de los siglos hemos ido avanzando, de forma irregular e inconsistente pero inexorable, hacia una mayor igualdad.

Thomas Piketty nos guía a través de los movimientos sísmicos que han conformado el mundo moderno: el nacimiento del capitalismo, la era de las revoluciones, el imperialismo, la esclavitud, las dos guerras mundiales y la construcción del Estado del bienestar. Demuestra que, a través de todo ello, las sociedades han avanzado hacia una distribución más justa de la renta y los bienes, reduciendo las desigualdades raciales y de género y ofreciendo un mayor acceso a la sanidad, la educación y los derechos de ciudadanía. Para seguir avanzando, sostiene, necesitamos comprometernos con sistemas jurídicos, sociales, fiscales y educativos que puedan hacer de la igualdad una realidad duradera, resistiendo al mismo tiempo a las tentaciones del separatismo cultural. Está en juego la calidad de vida de miles de millones de personas. Sabemos que podemos hacerlo mejor. Pero, ¿nos atrevemos?