Puntuación:
El libro «Bossman», de Vi Keeland, presenta una historia romántica y humorística centrada en Reese Annesley, que se ve rescatada de una cita aburrida por Chase Parker, un empresario encantador y engreído. Su encuentro fortuito inicial conduce a una serie de flirteos que culminan en una relación complicada cuando Reese se convierte en empleada de Chase. La narración incluye bromas ingeniosas, una fuerte química y profundidad emocional, lo que la convierte en una lectura atractiva.
Ventajas:El libro es reconocido por su escritura inteligente y divertida, y muchos críticos elogian las bromas épicas y la química entre los personajes principales, Reese y Chase. Los críticos apreciaron el buen desarrollo de los personajes, la tensión romántica y el atractivo argumento que combina el humor con temas emocionales más profundos. El estilo de escritura se describe como cautivador y adictivo, por lo que es difícil dejar de leer el libro.
Desventajas:Algunos críticos señalaron que, aunque la historia comienza de forma ligera y entretenida, se vuelve más profunda y triste hacia el final, lo que puede no gustar a todo el mundo. Además, algunos lectores expresaron su frustración por las dudas de Reese a la hora de entablar una relación con Chase, ya que consideraban que su resistencia se había alargado más de lo que les hubiera gustado. Hubo menciones a tropos familiares dentro del género romántico de oficina que algunos encontraron predecibles.
(basado en 2276 opiniones de lectores)
La primera vez que quedé con Chase Parker, no causé precisamente una buena impresión.
Estaba escondida en el pasillo del baño de un restaurante, dejándole un mensaje a mi mejor amigo para que me salvara de mi horrible cita.
Él me oyó y me dijo que era una zorra, y luego procedió a darme algunos consejos sobre citas.
Así que le dije que se metiera en sus malditos asuntos -sus malditos asuntos, alto, guapo y lleno de sí mismo- y volví a mi miserable cita.
Cuando pasó por delante de mi mesa, sonrió y vi cómo su arrogante y sexy culo volvía con su cita.
No pude evitar mirar disimuladamente al imbécil condescendiente del otro lado de la sala. Por supuesto, me pilló en más de una ocasión y me guiñó un ojo.
Cuando el guapísimo desconocido y su igualmente atractiva cita aparecieron de repente en nuestra mesa, pensé que iba a delatarme.
Pero en lugar de eso, fingió que nos conocíamos y se unió a nosotros, contándonos elaboradas y embarazosas historias sobre nuestra falsa infancia.
Mi cita pasó de aburrida a extrañamente emocionante.
Cuando terminamos y nos separamos, pensé en él más de lo que jamás hubiera admitido, aunque sabía que no volvería a verlo.
¿Qué posibilidades había de volver a encontrarme con él en una ciudad de ocho millones de habitantes? Pero...
¿Qué posibilidades había de que un mes después acabara siendo mi nuevo jefe sexy?
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)