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El B-29 Superfortress fue la expresión definitiva de la potencia aérea ofensiva propulsada por pistones. Fue diseñado para una fuerza aérea que poco a poco se daba cuenta de que necesitaba aviones más grandes y pesados para apoyar sus operaciones, especialmente en el Pacífico. Siguiendo la estela del también revolucionario B-17, el B-29 era una plataforma más grande, más capaz y más compleja que incorporaba innumerables lecciones aprendidas de la guerra aérea europea.
Pronto se decidió utilizar el excepcional alcance del B-29 de 3.250 millas en el Teatro del Pacífico, donde su carga útil causaría estragos entre las fuerzas del Japón Imperial. Además de los objetivos militares, los B-29 de la 20ª Fuerza Aérea, formada especialmente, atacarían duramente las islas japonesas, inicialmente desde bases en India y China, antes de seguir el empuje de MacArthur hacia Japón. Desde la isla de Tinian, los B-29 lanzaron bombas atómicas sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki.
El B-29 era un auténtico monstruo de los cielos, y su resistencia en vuelo hacía que su tripulación de diez hombres dispusiera de literas de descanso, cañones defensivos operados a distancia y un túnel que unía la parte delantera y trasera del avión. También era resistente, capaz de utilizar las pistas de aterrizaje más básicas, siempre que fueran lo suficientemente largas. Al tratarse de un avión nuevo, suponía un reto tanto para los pilotos noveles como para los que se reconvertían, a pesar de la carga de ala alta del B-29. El B-29 era tan complejo como grande, desde el pilotaje hasta el manejo de sus numerosos sistemas, y cada uno de los diez miembros de la tripulación debía conocer su papel y desempeñarlo a la perfección para garantizar la eficacia operativa.
En la posguerra, el B-29 fue retenido por la USAAF y, a partir de 1948, por la USAF como principal bombardero estratégico. De hecho, los días de combate del B-29 estaban lejos de terminar y entraría en acción sobre los cielos de Corea. También complementaría la capacidad de bombardeo de la Royal Air Force mientras el Mando de Bombarderos esperaba la llegada del Canberra y su nueva generación de bombarderos en V propulsados por reactores.
El B-29 se ha ganado con creces su lugar en los salones de la fama de la aviación. Fue un avión adelantado a su tiempo que ayudó a inaugurar una nueva era de la aviación militar y constituyó un puente tangible entre lo nuevo y lo antiguo.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)