Becoming a Place of Unrest: Environmental Crisis and Ecophenomenological Praxis
La clave para mitigar la crisis medioambiental no se basa sólo en la ciencia.
Depende de una profunda revisión filosófica de cómo pensamos y nos comportamos en relación con el mundo.
Nuestro continuo fracaso a la hora de interrumpir la crisis medioambiental de forma significativa se debe, en parte, a cómo percibimos el medio ambiente: lo que Robert Booth llama el "mundo más-que-humano". Las presunciones antropocéntricas de este mundo, heredadas de las ciencias naturales, nos han llevado a un mejor conocimiento científico de los problemas medioambientales y a más "soluciones" prácticas basadas en la ciencia, aunque inadecuadas. Eso no basta, argumenta Booth. Por el contrario, afirma que debemos revisar de forma crítica y autorreflexiva cómo percibimos y nos consideramos a nosotros mismos dentro del mundo más-que-humano como una cuestión de praxis para detener nuestro impacto destructivo sobre él.
A lo largo de seis capítulos, Booth introduce la ecofenomenología -fenomenología centrada en el medio ambiente- en un diálogo productivo con una rica gama de otros enfoques filosóficos, como el ecofeminismo, el nuevo materialismo, el realismo especulativo y la ontología orientada al objeto. De este modo, el libro esboza y justifica por qué y cómo una praxis específicamente ecofenomenológica puede conducir a la interrupción de la crisis medioambiental en su raíz.
Las observaciones y argumentos de Booth dan el salto de la teoría a la práctica en la medida en que pueden influir en la forma en que entendemos fundamentalmente la crisis medioambiental y en cómo podrían ser las vías prometedoras de activismo práctico. En opinión de Booth, no se trata de lograr un consenso científico global sobre las causas materiales de la crisis medioambiental o el uso responsable de los "recursos naturales". Por el contrario, Booth pide que nos resistamos habitualmente a nuestro ímpetu de reducir acríticamente entidades más que humanas a "recursos naturales" en primer lugar.
Como reconoce Booth, Becoming a Place of Unrest no puede decirnos ni nos dice cómo debemos actuar. En cambio, esboza y proporciona los medios básicos para inculcar relaciones conceptuales y de comportamiento positivas y responsables con el resto del mundo. A partir de ahí, existe la esperanza de que podamos empezar a desarrollar políticas más concretas y procesables que propicien un cambio profundo y duradero.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)