Arizal: Príncipe de los cabalistas

Opiniones de los lectores

El libro ofrece una visión completa de la Cábala, lo que lo hace especialmente útil para los principiantes, pero adolece de una mala calidad de redacción que desmerece la experiencia general de lectura.

Ofrece una gran cantidad de información histórica sobre la Cábala y sus practicantes, valiosa para los principiantes que deseen comprender el tema.

La calidad de la redacción es deficiente, con importantes problemas gramaticales que la hacen poco profesional y, en ocasiones, juvenil.

(basado en 6 opiniones de lectores)

Título original:

Arizal: Prince of the Kabbalists

Contenido del libro:

El rabino Itshak Luria, conocido como el Ari o Arizal, nació en Jerusalén en 1534 y en su corta vida influyó enormemente en el aprendizaje y desarrollo de la Cábala. Nadie hasta hoy, se atreve a refutar o contradecir cualquiera de sus enseñanzas. El nivel de su conocimiento y revelación estaba y sigue estando muy por encima de la posible comprensión de la mayoría de los hombres.

El Ari rebosaba de Torá. Era experto en las Escrituras, la Mishná, el Talmud, el Midrash, el Maasé Bereshit y el Maasé Merkavá. Sobre todos los diferentes niveles de profecía, sus detalles y desde qué nivel los profetas tuvieron sus revelaciones. Entendía el silbido de los árboles, la hierba y las piedras, el lenguaje de los pájaros y otros animales, las conversaciones de los ángeles, el titilar de una vela. Podía leer las líneas de la mano o los rostros de la manera descrita en el Zohar (2:74b). Podía discernir todo lo que cualquier individuo había hecho, y podía ver lo que haría en el futuro. Podía leer los pensamientos de una persona, incluso antes de que el pensamiento entrara en su mente. Veía los acontecimientos futuros y sabía todo lo que ocurría aquí o se decretaba en el cielo.

Comprendía los misterios de la reencarnación, quién había nacido antes o encarnado por primera vez. Podía hablar con el alma de una persona que tuviera delante.

Saber de sus encarnaciones anteriores, lo que hizo desde el día en que nació hasta ahora y cuál es su Tikun actual. Podría contarle a cualquiera sobre sus pecados en su vida anterior y por qué regresó en esta vida presente. Podria mirar a alguien y hacerle saber como fue conectado a niveles espirituales superiores y cual es su raiz original en Adam Harishon.

El Ari podía ver cosas extraordinarias de alguien a la luz de una vela o a través de la llama de un fuego. Era capaz de ver las almas de los justos, los que habían muerto últimamente o habían vivido en tiempos antiguos. Con estas almas estudiaba secretos sobrenaturales. Por el olor de una persona era capaz de saber todo lo que había hecho. Los malhechores lo evitaban, él podía ver a través de ellos y saber lo que hacían o pensaban. Cuando los hombres sinceros querían arrepentirse, entonces él les decía cuál era su Tikun exacto para restaurar y reparar completamente sus almas. Les contaba a sus alumnos cómo las almas perdidas acudían a él por millares cada vez que estaba en el campo. Llenaban los árboles, los ríos y le pedían ayuda y reparación. Sabía todo lo que una persona había hecho o haría en el futuro. Podía ver los pensamientos de cualquier persona y prever todos los suyos futuros. Podía viajar grandes distancias concentrándose y proyectando su cuerpo físico al instante. Todos los secretos y misterios estaban en él y se revelaban cuando lo deseaba. Todo esto lo presenciamos con nuestros propios ojos y no lo oímos de otros. Eran cosas extraordinarias nunca reveladas desde los tiempos de Rabi Shimon bar Yohai. Esto no fue logrado a través de magia ya que está fuertemente prohibido usar estas fuerzas. En cambio, vino naturalmente debido a su santidad y ascetismo después de estudiar durante muchos años textos cabalísticos antiguos y más nuevos.

Aumentó y alcanzó niveles más altos de piedad, pureza y santidad en los que el profeta Elías se le revelaba continuamente, hablándole directamente y enseñándole estos secretos.