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Some Reminiscences
Desde el principio de los tiempos, el sonido ha tenido más poder que el sentido. La humanidad debe ser más impresionable que reflexiva.
Por supuesto, hay que corregir el acento. el gran pulmón, el resonante o las delicadas cuerdas vocales. Anotó ideas, proverbios y cavilaciones en tablillas de marfil, que el destino ha conservado para la posteridad.
Se trata más bien de una preocupación privada, que afecta al individuo que creó la obra, y que tal vez se insinúe en un libro cuando se escribe un comentario privado en el margen de una página pública. No se puede culpar a ningún artista por tener miedo a correr un riesgo que sólo los tontos corren y sólo los genios se atreven a asumir sin consecuencias. Si la manifestación externa del sentimiento no cambia, se desvanecerá inevitablemente en desdén o desprecio.
Incluso a costa del éxito, tener sentido de la decencia es simplemente tener sentido de la propia dignidad, que está indisolublemente unida a la dignidad de la profesión. Todos los objetivos son aceptables, con excepción de los que capitalizan el sufrimiento humano o la credulidad. Las ambiciones en las artes y las ciencias son aceptables, incluso cuando van más allá de los límites de una prudente cordura.
Peor aún para el artista si son demenciales. No es una locura esforzarse por ir más allá.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)