África habla, América responde: Jazz moderno en tiempos revolucionarios

Opiniones de los lectores

El libro ofrece una perspicaz exploración de la interacción entre la música de jazz estadounidense y africana, centrándose en músicos notables y en la importancia cultural de su obra. La profesora Robin Kelley presenta un relato bien documentado que profundiza en el contexto histórico del jazz en relación con las experiencias afroamericanas y africanas.

Bien documentado, escrito de forma atractiva, incluye datos fascinantes sobre músicos como Randy Weston y Sathima Bea Benjamin, y explora con eficacia las conexiones culturales entre el jazz en América y África.

Se observan pequeños errores editoriales, sobre todo en los nombres de los músicos, que desvirtúan ligeramente la experiencia de lectura.

(basado en 5 opiniones de lectores)

Título original:

Africa Speaks, America Answers: Modern Jazz in Revolutionary Times

Contenido del libro:

En Bedford-Stuyvesant, Brooklyn, el pianista Randy Weston y el bajista Ahmed Abdul-Malik celebraron con canciones las revoluciones que se extendían por África. En Ghana y Sudáfrica, el batería Guy Warren y la vocalista Sathima Bea Benjamin fusionaron las formas musicales locales con las vertiginosas innovaciones del jazz moderno. Estos cuatro fueron algunos de los cientos de músicos que en los años 50 y 60 forjaron conexiones entre el jazz y África que reconfiguraron definitivamente tanto su música como el mundo.

Cada uno de ellos se identificó de manera particular con la lucha de África por su liberación y creó música dedicada a las demandas de independencia y autodeterminación, o inspirada en ellas. Esa música fue la exultación salvaje y transgresora del jazz moderno. El resultado fue una abundancia de conversaciones, colaboraciones y tensiones entre músicos africanos y afroamericanos durante la era de la descolonización. Esta biografía colectiva demuestra cómo el África moderna remodeló el jazz, cómo el jazz moderno ayudó a formar una nueva identidad africana y cómo las convergencias y cruces musicales alteraron la política y la cultura en ambos continentes.

En un momento crucial en que la libertad electrizaba la diáspora africana, estos artistas negros se buscaron unos a otros para crear nuevos modos de expresión. A través de la documentación de individuos y lugares, de Lagos a Chicago, de Nueva York a Ciudad del Cabo, Robin Kelley nos ofrece una meditación sobre la modernidad: vemos la innovación no como una imposición de Occidente, sino como algo autóctono, multilingüe y desordenado, resultado de innumerables intercambios a través de una amplia gama de culturas.