Adivinar el deseo: Los grupos de discusión y la cultura de la consulta

Opiniones de los lectores

El libro de Liza Featherstone explora la historia y el impacto de los grupos de discusión, ilustrando su evolución desde los orígenes a principios del siglo XX hasta las prácticas contemporáneas de extracción de datos. Critica la forma en que los grupos focales sirven a menudo a las élites en lugar de empoderar a los ciudadanos medios, y analiza las implicaciones políticas y las posibles soluciones para un verdadero empoderamiento.

Un estilo de redacción atractivo, un análisis histórico perspicaz, una crítica de las normas sociales que invita a la reflexión, accesible a lectores que no se limitan a los intereses políticos o de marketing, pone de relieve las complejidades de los grupos de discusión y su papel en el panorama político y de consumo.

Utiliza una retórica marxista repetitiva que puede distraer a algunos; se percibe un sesgo en contra de ciertas figuras como Malcolm Gladwell; puede resultar excesivamente académico para quienes no estén interesados en un análisis en profundidad de los grupos de discusión.

(basado en 5 opiniones de lectores)

Título original:

Divining Desire: Focus Groups and the Culture of Consultation

Contenido del libro:

A lo largo del último siglo, los grupos de discusión se han convertido en una parte cada vez más importante de la forma en que las empresas y los políticos venden sus productos y políticas. Pocos ámbitos de la vida, desde los aliños para ensaladas hasta la legislación sanitaria o nuestros programas de televisión favoritos, han quedado al margen de las preguntas formuladas a grupos controlados sobre lo que les gusta y lo que no. Divining Desire es el primer estudio popular sobre este rico tema.

En una historia ágil y exhaustiva, Liza Featherstone rastrea las sorprendentes raíces de los grupos de discusión en el socialismo europeo de principios del siglo XX, su posterior uso por los «Mad Men» de Madison Avenue y su amplia difusión en la actualidad. También analiza los famosos «fracasos» del método, como el condenado lanzamiento del Ford Edsel, con su parrilla del radiador en forma de vagina, y el aún más nefasto intento de introducir un nuevo sabor de Coca Cola (que provocó protestas callejeras de los devotos de la antigua fórmula).

A medida que las élites se han ido distanciando cada vez más del público en general, recurren cada vez más a los grupos de discusión, ya sea para ganar votos o para vender productos. Y, en una sociedad en la que muchos se sienten cada vez más impotentes, el grupo de discusión ha ofrecido al menos la ilusión de que se escuchará a la gente corriente y de que sus opiniones cuentan. Sin embargo, parece que cuanto más se nos consulta, menos poder tenemos. Esta paradoja es especialmente cruda hoy en día, cuando todo el mundo puede publicar su opinión en las redes sociales -nuestro «grupo de discusión» de 24 horas- y, sin embargo, sólo los plutócratas pueden dar forma a la política.

Al narrar esta fascinante historia, Featherstone plantea profundas cuestiones sobre la democracia, el deseo y el funcionamiento más íntimo de la sociedad de consumo.