Abriéndose camino en el mundo: Las huellas de los pueblos prehistóricos

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Título original:

Making One's Way in the World: The Footprints and Trackways of Prehistoric People

Contenido del libro:

El libro se basa en las evidencias de la arqueología del paisaje, los estudios paleoambientales, la etnohistoria y el rastreo de animales para abordar el olvidado tema de cómo identificamos e interpretamos los patrones de movimiento del pasado en el paisaje. Desafía el pesimismo de las generaciones anteriores, que consideraban que las rutas prehistóricas, como los caminos huecos, eran en general inviables.

La premisa es que los arqueólogos tienden a centrarse en los "yacimientos" descuidando las pautas de movimiento habitual que los convirtieron en parte de paisajes vivos. Las pruebas de los desplazamientos del pasado se examinan de forma multiescalar, desde la huella individual hasta el sendero de larga distancia, pasando por las huellas creadas en la vegetación por el movimiento animal y humano. Se argumenta que las rutas pueden perpetuarse a lo largo de grandes escalas temporales creando estructuras paisajísticas que influyen en las actividades de las generaciones posteriores. En otros casos, los cambios radicales de los ejes de comunicación y de las estructuras del paisaje aportan pruebas de agitación y cambio social. Los testimonios paleoambientales y etnohistóricos de la costa noroccidental de Estados Unidos preparan el terreno con pruebas de los efectos de la quema, el movimiento de animales, la deposición de heces y el trasplante, que pueden crear rutas legibles a lo largo de las cuales se favorecen los recursos.

Las pruebas obtenidas en yacimientos europeos de cazadores-recolectores apuntan a prácticas similares de construcción de nichos a distintas escalas espaciales. A escala local, las huellas ayudan a determinar los ejes de movimiento, la ubicación de los asentamientos perdidos y las zonas de actividad. Los rastros de madera proporcionan asimismo pruebas de los patrones de movimiento favorecidos y de la ubicación de asentamientos pasados. En las primeras comunidades agrícolas, las alineaciones de túmulos, entradas a recintos y otros monumentos indican ejes de comunicación. En Europa, a partir de la Edad del Bronce media, existen pruebas más claras de la existencia de vías de comunicación flanqueadas por zanjas y campos. Las prospecciones y excavaciones a escala del paisaje permiten datar las vías de comunicación mediante relaciones espaciales con elementos fechados, y muchos ejemplos indican la continuidad a largo plazo de las vías de comunicación. En los casos en que los campos flanquean las vías de comunicación, una serie de métodos, incluidos los enfoques científicos, proporcionan dataciones.

Los prehistoriadores han supuesto a menudo que los caminos de herradura constituían los ejes principales de los desplazamientos primitivos, pero hay pocas pruebas de sus orígenes primitivos y bastantes más de las rutas primitivas que cruzaban la topografía y proporcionaban conexiones entre distintas zonas medioambientales. El libro concluye con un estudio de caso del Weald del sureste de Inglaterra que demuestra que algunos ejes de movimiento topográfico transversal utilizados como caminos de herradura, y generalmente considerados como altomedievales, pueden ser de origen prehistórico. Una de las razones por las que ha resultado difícil reconocer las rutas de las tierras secas es que no se ha prestado suficiente atención al papel desempeñado por las comunicaciones fluviales y marítimas a larga distancia. Se argumenta que comprender los orígenes de los caminos que utilizamos hoy en día contribuye a apreciar las cualidades distintivas de los paisajes. Esta apreciación ayudará a elaborar estrategias eficaces de conservación en beneficio mutuo de las personas y la fauna, manteniendo y mejorando los corredores de conectividad entre las distintas zonas paisajísticas, incluidas las reservas naturales fragmentadas y los lugares valiosos. De este modo, la comprensión de las rutas del pasado puede contribuir a la sostenibilidad de los paisajes, las comunidades y la calidad de vida.