A la sombra de Kinzua: La nación india seneca desde la Segunda Guerra Mundial

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Título original:

In the Shadow of Kinzua: The Seneca Nation of Indians Since World War II

Contenido del libro:

La presa de Kinzua ha proyectado una larga sombra sobre la vida de los senecas desde la Segunda Guerra Mundial. El proyecto, inaugurado formalmente en 1966, rompió el Tratado de Canandaigua de 1794, inundó aproximadamente 10.000 acres de tierras séneca en Nueva York y Pensilvania y obligó a reubicar a cientos de miembros de la tribu.

Hauptman ofrece tanto un estudio político, detallando cómo y por qué Washington, Harrisburg y Albany tuvieron la idea de construir la presa, como un estudio comunitario de la Nación Séneca en la posguerra. Aunque la presa se presentó a los Seneca como un proyecto de control de inundaciones, Hauptman argumenta persuasivamente que las razones principales fueron el impulso al desarrollo hidroeléctrico privado en Pensilvania y el desarrollo de los transportes y parques estatales en Nueva York. Esta importante investigación, basada en cuarenta años de investigación de archivos, así como en numerosas entrevistas con los Sénecas, muestra que estos pueblos nativos, históricamente resistentes, se adaptaron ante este desastre.

A diferencia de estudios anteriores, A la sombra de Kinzua pone de relieve la naturaleza federada del gobierno de la Nación Séneca, que se mantuvo unida a pesar de la gran diversidad de opiniones y de la intensa actividad política. En la crisis de Kinzua y sus secuelas, varios Sénecas destacaron por su heroísmo y devoción a la reconstrucción de su nación para la supervivencia tribal.

Dejaron legados en muchos ámbitos, como dos centros comunitarios, un moderno sistema sanitario, dos bibliotecas y un museo. El dinero asignado en una "ley de compensación" aprobada por el Congreso en 1964 produjo una generación de senecas con educación universitaria, algunos de los cuales trabajan ahora en el gobierno tribal, haciendo importantes contribuciones al presente y al futuro de la nación.

Enfrentados a probabilidades imposibles y fuerzas ocultas, motivaron a un grupo de voluntarios para ayudar a reconstruir las tierras devastadas. Aunque sus estrategias no impidieron la construcción de la presa, sentaron las bases de una estructura de gobierno tribal y de la gestión de otros asuntos que siguieron desde los años ochenta hasta la actualidad, como los litigios por reclamaciones de tierras y los casinos.