Lonely Yurt
La novela La yurta solitaria se percibe como el Arca de Noé, capaz de superar el espacio y el tiempo.
No es una mera colección de personajes vívidos e insólitos. Los personajes de la novela viven sus inimitables vidas de carne y hueso, entretejidas en el tejido de la dura realidad que el tiempo les ha otorgado.
Nos adentramos ávidamente en todas las sutilezas de sus vidas, pensamientos, sentimientos y aspiraciones. En la corriente hirviente, como parece, de acontecimientos aleatorios percibimos de pronto el ímpetu opresivo e irreversible de la época, y su aliento ardiente. La vida nos presenta no sólo la fragancia de la primavera y la renovación, y el grito de la vida nacida, sino también el hedor de la sangre, los gemidos de un dolor insoportable y la muerte eternamente gélida que hiela el alma...
En medio de la vergonzosa y absurda verdad de aquella temeridad a la que se vio abocado el pueblo, como una pura melodía en una cacofonía de sonidos, como un balbuceante manantial nocturno se produce la manifestación más significativa de la vida, por dura que haya sido. Aquí está: Shege y Khansulu, y las estepas, la noche, y el tímido tacto de las manos intimidadas por el afecto...
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)