Puntuación:
Actualmente no hay opiniones de lectores. La calificación se basa en 5 votos.
They Can't Hurt Me No More!
La sociedad me llama llorón Un ángel humano me dijo una vez que hace falta ser fuerte para llorar. Durante casi quince años pensé que mis lágrimas no importaban.
Yo estaba allí, junto a la cama, sosteniendo con fuerza la mano de la Madre Naturaleza, para presenciar el nacimiento del genocidio, mientras los curanderos humanos contemplaban la liberación del vientre de la esclavitud del caos. Sorprendentemente, mientras levantaban la mano hacia el sol para que descendiera con una fuerza hiriente y golpeara el inocente trasero de nuestra preciosa generación joven. Esperando impacientemente un pulso dentro de la crianza de la vida...
Escuché los gritos de cada chico y chica joven que alguna vez fue víctima de cualquier dolor que cause pena; desde Jamarcus Bell a Trevon Martin, Kristina Jackson, Destiny Nichole Quarrels, Samantha Jhonson, Justine Aaberg, Emily Nicole Trotter, Julie Berrick, Cole Wilson, Kevin Buchman, Aarron Jurek, y sus voces gritaban llenas de dolor Primero entré en pánico y agarré cada emoción dentro de mí para vergonzosamente no responder a estos bebés; continuamente, desesperadamente luchando y buscando atender a mi propio bebé.
Una vez que los oídos de mi corazón se abrieron para empatizar seriamente con la ternura de las voces rotas y los gritos de estos niños. Misteriosamente la voz de mi propio hijo se unió, clamando por exactamente la misma cura; mientras sus pequeñas y suaves voces vibraban dentro del mérito de los huesos dentro de mi cuerpo.
Grité hasta el más alto; para darme por favor un precipitado de la fortaleza entre la capacidad por lo menos de la sociedad enterada Para que pueden identificar y entender para descifrar los líquidos dentro de mis rasgones; Repito veces diez en el rezo. No dejes que esta discriminación de la enfermedad llame a tu puerta en trabajo de parto; llevando un virus de destrucciones. Cierra la puerta con el conocimiento para concientizar a tus bebes, para que ellos puedan adoptar la fuerza y facultades para concientizar a sus bebes.
Si yo puedo visionariamente detener el dolor y el llanto antes de que comience; entonces tú también puedes. Os insto a todos a que os pongáis bajo este mismo paraguas, sin importar vuestra nacionalidad o credo. O quizá por eso vuestras caras permanecen tan secas y vuestras barbillas tan altas.
Sin embargo, yo he de soportar las sensibles gotas de lluvia de arriba que se forman constantemente dentro de los ojos de estos niños... SÍ, SOY VUESTRO BEBÉ LLORÓN...
Autor: Vernon T. Bateman.
© Book1 Group - todos los derechos reservados.
El contenido de este sitio no se puede copiar o usar, ni en parte ni en su totalidad, sin el permiso escrito del propietario.
Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)