Puntuación:
El libro «Already Toast», de Kate Washington, ofrece un análisis honesto y cercano de los retos y realidades a los que se enfrentan los cuidadores en Estados Unidos. Combina la narrativa personal con la visión periodística para ilustrar las cargas y el coste emocional de la prestación de cuidados, al tiempo que pone de relieve los problemas sistémicos del sistema sanitario. Muchos cuidadores consideraron que el libro era validador y terapéutico, aunque algunos no se sintieron preparados para su peso emocional.
Ventajas:⬤ Los cuidadores se sienten muy identificados con sus experiencias, que se reflejan en la narración.
⬤ Combina historias personales con una amplia investigación, ofreciendo una visión completa de la prestación de cuidados.
⬤ Un estilo de escritura atractivo que capta la atención y evoca empatía.
⬤ Aborda importantes cuestiones sociales relacionadas con la infravaloración de los cuidadores.
⬤ Proporciona una visión de los retos sistémicos de la asistencia sanitaria a los que se enfrentan los cuidadores.
⬤ Algunos lectores encontraron abrumadora la narrativa personal, especialmente aquellos que experimentan sus propios problemas de salud.
⬤ Es posible que la perspectiva privilegiada no resuene en todos los cuidadores, especialmente en los que carecen del apoyo adecuado.
⬤ Algunos lectores consideraron que el enfoque en las experiencias individuales eclipsaba el deseo de soluciones sociales más amplias.
(basado en 33 opiniones de lectores)
Already Toast: Caregiving and Burnout in America
La historia de la lucha de una mujer por cuidar a su marido gravemente enfermo y una mirada reveladora al papel que desempeñan los cuidadores familiares no remunerados en una sociedad que no les proporciona apoyo estructural.
Already Toast muestra lo absorbente que puede llegar a ser el cuidado de una persona, lo difícil que es encontrar apoyo y cómo las narrativas sociales y literarias que durante tanto tiempo han encerrado a las mujeres en el trabajo emocional también las mantienen en el papel de cuidadoras no remuneradas. Cuando Kate Washington y su marido, Brad, supieron que tenía cáncer, eran una pareja joven: profesionales con carreras ascendentes, padres de dos niños pequeños. El diagnóstico despojó a Brad de esas identidades: él se convirtió en paciente y ella en su cuidadora.
El cáncer de Brad se volvió rápidamente agresivo y necesitó un trasplante de células madre que desencadenó una infección masiva que le robó la vista y casi la vida. Kate actuó como su ayudante a tiempo completo para mantenerlo con vida, coordinando sus tratamientos, concertando citas con los médicos, llamando a las compañías de seguros, rellenando docenas de recetas, limpiando cómodas, administrando medicamentos por vía intravenosa. Llegó a estar tan agotada que, cuando hizo un cuestionario en Internet sobre autocuidado del cuidador, el resultado fue alegre: "¡Ya estás frita! ".
A pesar de todo, se sintió profundamente sola, pero, como supo más tarde, en realidad era una más entre millones: un ejército invisible de cuidadores familiares que trabajan cada día en Estados Unidos y que, con su labor no remunerada, mantienen a flote nuestro problemático sistema sanitario. Debido a que nuestra cultura romantiza y a la vez borra las realidades del trabajo asistencial, pocos cuidadores han compartido sus historias públicamente.
A medida que la generación del baby boom envejezca, el número de cuidadores familiares seguirá creciendo. Already Toast -con su claro llamamiento a pagar y apoyar a los cuidadores familiares- es una intervención crucial en esa conversación, que aúna la experiencia personal con una profunda investigación para dar voz a los que tienen la tarea de cuidar a los enfermos graves, una labor vital que pasa desapercibida.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)