Wishkah

Contenido del libro:

Wishkah.

Por: Karli Tyler Fuller.

Wishkah, Washington, un pequeño pueblo lleno de bondad, gente trabajadora y un poco de misterio, pero sobre todo de inquebrantables valores familiares. En 1943, durante la Segunda Guerra Mundial, Karin, una niña de diez años, su hermana pequeña y su madre se trasladan a Wishkah desde Tacoma, embarcándose en lo que sería una estancia de dos años, pero que al final daría lugar a toda una vida de recuerdos.

Esta historia trata de la madre de la autora Karli Tyler Fuller, Karin, y destaca lo que la madre de Fuller compartió con ella como una experiencia significativa en este momento de su vida. La madre de Fuller también compartió con ella el dolor y la angustia por el sufrimiento mental de su hermana pequeña en una época en la que rara vez se hablaba abiertamente de las enfermedades mentales.

La madre de Karli Tyler Fuller era una persona extremadamente reservada, pero a Fuller siempre le pareció fascinante que considerara sus dos años escolares en Wishkah como dos de los más felices de su vida. Cuando se le preguntaba por qué, no podía explicarlo con exactitud; sin embargo, sí aludía a la paz y la estabilidad de las que disfrutaba allí, y al hecho de que adoraba el campo que la rodeaba. Fuller cree que todos a veces anhelamos una época más sencilla, una época que parezca menos estresante que el mundo al que debemos enfrentarnos como adultos. A través de la historia de Wishkah, Karli Tyler Fuller celebra la visión de su madre de esta época de su vida y cómo le afectó a ella.

Wishkah es un cuento increíblemente entrañable retratado a través de los ojos de una niña de entre diez y once años que explora el nuevo mundo que la rodea mientras crece y aprende valiosas lecciones de vida por el camino. Acompaña a Karin en lo que la madre de la autora, Karli Tyler Fuller, solía decir que fueron los dos años más felices de su vida.

Sobre la autora.

La autora Karli Tyler Fuller se formó en la Universidad de Washington como maestra de primaria y secundaria. Sin embargo, se encontró recorriendo caminos distintos a los que había previsto y nunca llegó a ejercer la docencia a tiempo completo. Esto no impidió a Fuller disfrutar de la compañía de niños en edad escolar y apreciar las cosas valiosas para ellos. Incluso en esta época de tecnología avanzada, redes sociales, preocupación por el acoso escolar y tantas otras preocupaciones, los niños siguen queriendo las mismas cosas básicas: sentirse seguros, valorados, comprendidos y esperanzados. Además de escribir, Fuller disfruta con la jardinería, el acolchado, la investigación genealógica y la música.