Puntuación:
El libro ofrece una exploración exhaustiva y entretenida de Will Rogers como figura política significativa en la historia de Estados Unidos. Destaca su capacidad única para conectar con el público a través del humor, sus perspicaces comentarios sobre temas sociales y sus relaciones con figuras clave de su época. Aunque muchos lectores lo encontraron esclarecedor y atractivo, algunos señalaron problemas de organización y presentación.
Ventajas:⬤ Ofrece una perspectiva única de Will Rogers como influyente político
⬤ bien escrito y entretenido
⬤ proporciona contexto histórico
⬤ muestra el humor de Rogers y su habilidad para conectar tanto con el público como con figuras políticas
⬤ atrae a los lectores con un estilo narrativo similar al de una novela histórica.
⬤ Algunos problemas de organización en el material
⬤ partes del texto pueden parecer inconexas
⬤ algunos capítulos pueden no cubrir completamente sus temas o no tener un enfoque coherente.
(basado en 9 opiniones de lectores)
Will Rogers: A Political Life
Fue la atracción masculina más taquillera del cine, uno de los columnistas de prensa más leídos de Estados Unidos, un comentarista radiofónico con una audiencia de más de 60 millones de personas y un conferenciante trotamundos que llenaba las salas de conferencias de todo el país. Pero, ¿cómo se convirtió el humorista Will Rogers en una de las figuras políticas más poderosas de su época? Desde poco antes de la Primera Guerra Mundial, pasando por los locos años veinte, la Ley Seca y la Gran Depresión, Rogers ofreció una refrescante y aleccionadora visión de la actualidad y la política pública.
A través de él, millones de personas se formaron una opinión sobre el intento del presidente Wilson de crear una Sociedad de Naciones, debatieron sobre la libertad de expresión y de religión durante el Juicio del Mono de Scopes, cuestionaron el éxito de varias conferencias de desarme, se apiadaron de los damnificados por la Gran Inundación de 1927 e intentaron comprender la terrible realidad de la Gran Depresión. Rogers visitó Washington a menudo para asistir a las sesiones del Congreso y a las recepciones oficiales, testificar en audiencias, reunirse con funcionarios del gabinete y hablar en los exclusivos Gridiron y Alfalfa Clubs. Su acceso abierto al Despacho Oval, al guardarropa del Senado y a otros santuarios internos del poder nacional era inigualable para alguien que no ocupara un cargo público.
En esta biografía pionera, Richard D. White sostiene que el artista más popular de la nación no sólo fue un incisivo comentarista político, sino también una influencia significativa sobre los líderes nacionales y sus decisiones.
Cuando Will Rogers pereció en un accidente de aviación en Alaska en 1935, los estadounidenses perdieron a su humorista más popular y querido, un hombre que les hacía sonreír, les hacía olvidar la guerra y la depresión y, por un momento, les permitía reírse de su humor desternillante y, en última instancia, de sí mismos. Pero los estadounidenses también perdieron a su fuente de razón más fiable, un hombre que, más que ningún otro, desmenuzó las complejas cuestiones de la época y les ofreció una valoración críticamente honesta de la política estadounidense y los asuntos mundiales.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)