White Clyffe

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Contenido del libro:

Escribir ficción, tras años de diligente y concienzuda atención al detalle, fue una revelación. La historia simplemente fluía capítulo a capítulo; el desarrollo de personajes que a su vez dictaban el curso de la historia era una delicia especial. Entonces aprendí que a menudo un párrafo dicta el flujo y el ritmo del siguiente, tanto como los personajes dictan su propio comportamiento.

John, un niño delgaducho al que conocimos en un cementerio inglés plantando prímulas en la tumba de su hermano, se convierte en la figura central de esta historia. Sobrevivió contra todo pronóstico para formar una familia numerosa y, sin embargo, emerge como un personaje complejo.

El nacimiento de un ternero es una emoción para toda la familia que no se debe ni a la seguridad financiera ni a la ambición vil ni al miedo a pasar hambre; es una nueva vida, una alegría elemental. Incluso el granjero más anciano, nudoso y canoso acariciará al ternero con la misma ternura que a una madre primeriza, y John no fue una excepción. Volvió a ver a la vaca cuatro o cinco veces en pocas horas. Al anochecer salió de la casa diciendo que "echaría un último vistazo antes de acostarse".

Por fuera, un aldeano aparentemente sencillo, pero también capaz de ocupar el lugar del difunto sacerdote, su mentor, durante la aterradora espiral descendente de la Peste Negra. Una época en la que el número de muertos era tan elevado que todos debieron temer por su propia supervivencia.

Edith, la hija mayor de Juan, hereda su fuerza y mantiene unida a la familia en tiempos turbulentos, que culminan con la Revuelta de los Campesinos. El miedo y la venganza del joven rey amenazaban a cualquier joven entusiasmado que hubiera seguido las reuniones de pueblo en pueblo hasta llegar a la naciente ciudad industrial de Salisbury. La aguja recién construida de la catedral brillaba a la luz del sol, burlándose de las furias a pie de calle. Indignados por el monstruoso impuesto de capitación, los furiosos rebeldes provocaron una represión militar. Incluso el ensordecedor barullo de las tejedurías fue silenciado hasta que se restableció el orden. Pero la venganza se tomó brutalmente durante el resto de un largo y sangriento verano.