Puntuación:
El libro ofrece una visión completa de las motivaciones políticas y económicas de Rusia en su expansión hacia el Este, explorando su impacto histórico y sus implicaciones actuales en la política internacional, especialmente bajo el liderazgo de Putin.
Ventajas:El autor, el profesor Miller, está bien informado y presenta la información de forma fluida y atractiva. El libro ofrece detalles interesantes sobre las primeras exploraciones rusas en Alaska y Hawai, así como sobre la política rusa contemporánea en relación con la cuenca del Pacífico.
Desventajas:Puede que algunos lectores se cuestionen el valor de los grandes esfuerzos realizados por los gobernantes rusos a lo largo de los siglos.
(basado en 2 opiniones de lectores)
We Shall Be Masters: Russian Pivots to East Asia from Peter the Great to Putin
Un relato esclarecedor de los intentos -y fracasos- de Rusia por alcanzar el estatus de gran potencia en Asia.
Desde Pedro el Grande, los dirigentes rusos se han visto atraídos por las oportunidades en Oriente. Bajo los zares, los rusos colonizaron Alaska, California y Hawai. El ferrocarril transiberiano unió Moscú con Vladivostok. Y Stalin miraba a Asia como una esfera de influencia, hospitalaria para la expansión del comunismo soviético. En Asia y el Pacífico había territorio, mercados, seguridad y gloria.
Pero todos estos sueños expansionistas se quedaron en nada. En We Shall Be Masters, Chris Miller explora por qué, argumentando que las ambiciones de Rusia han superado repetidamente su capacidad. Con el núcleo de la nación concentrado a miles de kilómetros de distancia, en las tierras fronterizas europeas, los aspirantes a pioneros de Rusia siempre han tenido dificultades para proyectar su poder en Asia y mantener el interés público y de las élites en sus lejanos objetivos. Incluso cuando la población en general profesaba fe en las promesas de Asia, pocos rusos estaban dispuestos a pagar el alto precio. Entre los dirigentes, además, los sueños de imperio siempre se han visto atenuados por el temor a los costes. Por ello, la mayoría de los pivotes rusos hacia Asia han sido poco entusiastas y fugaces.
Hoy en día, el Kremlin habla de la importancia de la «asociación estratégica» con la China de Xi Jinping, y el gobierno de Vladimir Putin se esfuerza por destacar las actividades rusas en toda Eurasia. Pero mientras que la distancia se cubre con relativa facilidad en la era del transporte aéreo y la comunicación digital, Oriente sigue estando lejos en los aspectos que más importan. Miller constata que los sueños asiáticos de Rusia siguen viéndose limitados por el firme arraigo del país en Europa.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)