Warmonger: How Clinton's Malign Foreign Policy Launched the Us Trajectory from Bush II to Biden (El belicismo: cómo la maligna política exterior de Clinton inició la trayectoria de EE.UU. de Bush II a Biden)

Título original:

Warmonger: How Clinton's Malign Foreign Policy Launched the Us Trajectory from Bush II to Biden

Contenido del libro:

Durante las elecciones presidenciales de 2016, muchos votantes jóvenes repudiaron a Hillary Clinton por el apoyo de su marido a la encarcelación masiva, la desregulación bancaria y los acuerdos de libre comercio que llevaron a muchos puestos de trabajo estadounidenses a ser enviados al extranjero. Warmonger: How Clinton's Malign Foreign Policy Launched the Trajectory from Bush II to Biden, muestra que la política exterior de Clinton fue tan mala como su política interior. Cultivando una imagen de antiguo activista contra la guerra de Vietnam para ganarse al envejecido grupo hippie en sus primeros años, como presidente, Clinton bombardeó seis países y, al final de su primer mandato, había comprometido tropas estadounidenses en 25 operaciones militares distintas, frente a las 17 de los dos mandatos de Ronald Reagan. Clinton amplió aún más el imperio encubierto estadounidense de puestos de vigilancia y espionaje en el extranjero y aumentó el presupuesto destinado a gastos de inteligencia y a la Fundación Nacional para la Democracia (NED), una rama de la CIA que promovía el cambio de régimen en naciones extranjeras.

Esto último no era sorprendente porque, según el agente de la CIA Cord Meyer Jr., Clinton había sido reclutado por la CIA mientras era becario Rhodes en Oxford, y como gobernador de Arkansas en los años ochenta había permitido vuelos clandestinos de armas y drogas para los contrarrevolucionarios nicaragüenses (Contras) apoyados por la CIA desde el aeropuerto de Mena, en la parte occidental del estado. En lugar de ser una época de tranquilidad en la que Estados Unidos no prestó atención a la tormenta de terrorismo que se avecinaba, como afirma David Brooks, columnista del New York Times, durante la presidencia de Clinton aumentaron las tensiones entre Estados Unidos, China y Rusia debido a la política exterior maligna de Clinton y a la complicidad de Estados Unidos en actos terroristas.

En muchos sentidos, la presidencia de Clinton sentó las bases para los desastres que seguirían bajo Bush II, Obama, Trump y Biden. Fue Clinton -apoyándose en Reagan- quien primero emprendió una Guerra contra el Terrorismo plagada de dobles raseros, que adoptó tácticas de terror, incluidas las entregas extraordinarias, los bombardeos y el uso de aviones no tripulados. Fue Clinton quien puso el grito en el cielo sobre los abusos de los derechos humanos y la necesidad de proteger a los pueblos asediados del genocidio para justificar la intervención militar en la era posterior a la Guerra Fría. Y fue la administración Clinton la que presionó a favor de un cambio de régimen en Irak e hizo saltar la alarma pública sobre las míticas armas de destrucción masiva, todo ello mientras se apoyaba en nuevas y extravagantes tecnologías militares y en contratistas militares privados para distanciar las turbias intervenciones militares estadounidenses de la opinión pública y limitar así la disidencia.