Warlock

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Contenido del libro:

La legendaria Warlock de Oakley Hall revisa y reelabora las convenciones tradicionales del western para presentar una imagen cruda, divertida, hipnótica y, en última instancia, devastadora de la irrealidad estadounidense. Publicada por primera vez en los años cincuenta, en plena era McCarthy, Warlock no sólo es una de las novelas norteamericanas modernas más originales y entretenidas, sino también una contribución duradera a la narrativa estadounidense.

"Tombstone, Arizona, durante la década de 1880 es, en cierto modo, nuestro Camelot nacional: una tierra de nunca jamás donde las virtudes americanas se encarnan en los Earp, y los males opuestos en la banda de los Clanton; donde el enfrentamiento en el OK Corral adquiere algo de la seca pureza de la justa artúrica. Oakley Hall, en su excelente novela Warlock, ha devuelto al mito de Tombstone toda su humanidad mortal y sanguinaria. Wyatt Earp se transmuta en un pistolero llamado Blaisdell que... es llamado a la asediada ciudad de Warlock por un comité de ciudadanos nerviosos expresamente para ser un héroe, pero descubre que no puede, al fin, estar a la altura de su imagen; que hay un defecto no sólo en él, sino también, sentimos, en todo el conjunto de supuestos que han permitido que exista la imagen.... Antes de que termine la agónica epopeya de Warlock -la rebelión de los proto-Wobblies que trabajan en las minas, la lucha por el control político de la zona, los tiroteos, la violencia de la mafia, las crisis personales de los que están en el poder-, la conciencia colectiva que es Warlock debe enfrentarse a su propio Horror ineludible: que lo que se llama sociedad, con su ley y su orden, es tan frágil, tan precario, como la carne y puede extinguirse y asimilarse de nuevo al desierto tan fácilmente como un cadáver. Es la profunda sensibilidad ante los abismos lo que hace de Warlock una de nuestras mejores novelas americanas.

Porque somos una nación que puede, muchos de nosotros, arrojar con todo aplomo el envoltorio de nuestro caramelo al mismísimo Gran Cañón, hacer una foto en color y marcharse; y necesitamos voces como la de Oakley Hall para recordarnos lo lejos que tiene que caer ese trozo de papel que aún revolotea brillante tras nosotros." --Thomas Pynchon.