Volver a mirar: El poder de darse cuenta de lo que siempre estuvo ahí

Título original:

Look Again: The Power of Noticing What Was Always There

Contenido del libro:

Para los seguidores de "Pensar rápido y despacio" y "El poder de los hábitos", un nuevo e innovador estudio sobre cómo alterar nuestras rutinas, tanto las buenas como las malas, puede rejuvenecer nuestros días y reiniciar nuestro cerebro para permitirnos vivir una vida más feliz y satisfactoria.

¿Se ha dado cuenta alguna vez de que lo que es emocionante el lunes tiende a convertirse en aburrido el viernes? Incluso las relaciones apasionantes, los trabajos estimulantes y las obras de arte impresionantes pierden su brillo al cabo de un tiempo. La gente deja de fijarse en lo más maravilloso de su propia vida. También dejan de notar lo que es terrible. Se acostumbran al aire sucio. Permanecen en relaciones abusivas. La gente acepta el autoritarismo y asume riesgos insensatos. Se despreocupan de su propia mala conducta, se vuelven ciegos ante la desigualdad y son más propensos que nunca a creer en la desinformación.

Pero, ¿y si pudiéramos encontrar la manera de verlo todo de nuevo? ¿Y si pudiéramos recuperar la sensibilidad, no sólo ante las grandes cosas de nuestra vida, sino también ante las cosas terribles que dejamos de notar y por eso no intentamos cambiar?

Ahora, la profesora de neurociencia Tali Sharot y el profesor de Derecho de Harvard (y asesor presidencial) Cass R. Sunstein investigan por qué dejamos de darnos cuenta tanto de las cosas geniales como de las no tan geniales que nos rodean y cómo "deshabituarnos" en la oficina, en el dormitorio, en la tienda, en las redes sociales y en las urnas. Esta obra pionera, basada en décadas de investigación en las ciencias psicológica y biológica, ilumina cómo podemos volver a encender las chispas de la alegría, innovar y reconocer dónde es urgente mejorar. La clave de esta alteración -volver a ver, sentir y darse cuenta- es el cambio. Cambiando temporalmente el entorno, las reglas, las personas con las que interactuamos, o incluso simplemente dando un paso atrás e imaginando el cambio, recuperamos la sensibilidad, lo que nos permite identificar más claramente lo malo y apreciar más profundamente lo bueno.