Vivos y destruidos

Título original:

Alive and Destroyed

Contenido del libro:

El Holocausto como historia terminó hace setenta y cinco años, más o menos el tiempo que dura una vida humana; el Holocausto como cultura es en gran medida el presente, y sus significados y lecciones siguen formándose activamente. Durante veinticinco años, Jason Francisco ha luchado con la vida después del genocidio, creando un gran número de obras fotográficas y ensayos, incluyendo un extenso trabajo con el Museo Judío de Galicia en Cracovia, Polonia. En el centro de su trabajo se encuentra su proyecto a largo plazo Alive and Destroyed: Una meditación sobre el Holocausto en el tiempo, iniciado en 2010. Con una cámara de gran formato y objetivos antiguos, Jason Francisco ha emprendido una serie de profundos viajes que se extienden desde Berlín, en el oeste, hasta Járkov, en el este, y desde Riga, en el norte, hasta Bucarest, en el sur, con el fin de obtener imágenes que pudieran transmitir las complicaciones del recuerdo y el olvido en los lugares donde se produjeron los hechos que colectivamente denominamos Holocausto. Entre sus destinos se encontraban los lugares más famosos del genocidio, como Auschwitz y los guetos de Varsovia y Líbano, que a menudo se consideran representativos de todo el Holocausto.

Y ha recorrido cientos de pequeños y a menudo remotos lugares de concentración en Polonia, Ucrania, Moldavia, Bielorrusia, Lituania, Letonia, Rusia, Hungría y Eslovaquia: lugares de masacre en bosques, campos, riberas y cementerios, rutas de deportación, subcampos, campos de trabajo, campos de tránsito, guetos de corta duración, rutas de escape, escondites, por no mencionar innumerables lugares de la antigua vida y civilización judías, algunos intactos, otros en ruinas y muchos más en la nada. El enfoque descentralizado de Jason Francisco sigue la línea de los estudios recientes, que han identificado más de 42.500 lugares de la Europa ocupada por los nazis en los que se perpetró el Holocausto: aventurarse en la geografía física del genocidio, aventurarse en el territorio del recuerdo y el olvido, y buscar una forma de imagen que pueda registrar lo que encontró y sintió. En su método y forma, Alive and Destroyed es una obra testimonial poco convencional. De espíritu documental y método conceptualista, no utiliza la fotografía para "capturar" los mundos que el Holocausto dejó tras de sí, por utilizar la metáfora más común del acto fotográfico, que a su vez refleja una concepción carcelaria de la fotografía como medio. Alive and Destroyed recurre más bien a las capacidades de la fotografía para poner a prueba y redefinir lo que entendemos por presencia y ausencia en la memoria y la imaginación.

Las fotografías de Alive and Destroyed se proponen liberar -descapturar- la volátil mezcla de incomprensión, discusión, reivindicación y pérdida que constituye el Holocausto como herencia para los vivos. Más allá de ser representaciones de lugares del mundo que el Holocausto dejó tras de sí, las imágenes de Alive and Destroyed son en sí mismas lugares primarios de meditación y duelo.