Vivimos con los ojos abiertos

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Título original:

We Live with Our Eyes Open

Contenido del libro:

Dom Hubert, al resumir el tema de este libro, cita a Joubert: "Cuántas personas comen, beben, se casan, compran, venden, construyen, hacen fortuna, adquieren amigos y enemigos, disfrutan del placer, soportan el dolor; en resumen, nacen, crecen y mueren, pero dormidas". Es este sueño el que Dom Hubert quiere combatir en esta serie de reflexiones sobre las relaciones del hombre con sus semejantes y con Dios. La oración y la vida de gracia, el amor conyugal y la amistad, la modernidad y el Evangelio, todo ello aparece en estas páginas. Los temas abordados son muy variados:

⬤ La oración y la vida de gracia, el amor conyugal, la amistad, la modernidad y el Evangelio. "es la pregunta correcta.

⬤ La diferencia entre sensación y sentimiento en el amor conyugal.

⬤ La expresión, la materia y el problema de la oración interior (por no hablar de su condición y lenguaje).

⬤ La vocación de los profesores y la necesidad de tratar a los alumnos con una mirada sobrenatural.

⬤ Cómo abordar la llamada universal a la unión mística con Dios.

⬤ Qué pide y cómo actúa la verdadera ascesis.

⬤ Cómo la Misa y el Matrimonio nos llaman a una caridad joánica.

En medio de las reflexiones, Dom Hubert se detiene para recordar una de sus principales fuentes de inspiración: un amigo íntimo, el padre dominico Bede Jarret, y una última serie de conversaciones antes de la muerte del padre Jarret. "Gran parte especialmente de lo que trata del amor cristiano es un eco de aquellas mañanas de agosto", escribe Dom Hubert, "mientras que la sección que describe el liderazgo tiene al Padre Bede, por supuesto, como modelo".

Nacido en el Egipto controlado por los británicos, Dom Hubert van Zeller (1905-1984) fue monje benedictino de la abadía de Downside, en Bath (Inglaterra), donde se educó. De su carrera escolástica dijo que "no aprobó ningún examen, sólo los pasó por alto". Autor de numerosos libros, desde comentarios bíblicos hasta ficción y biografías, también fue célebre como escultor minimalista y caricaturista. Fue amigo de Ronald Knox y de Evelyn Waugh, quien describió los escritos de Dom Hubert como "caracterizados por su vitalidad y elegancia".