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Stained Glass
El primer poemario de Rosanna Warren, Each Leaf Shines Separate, anunció la aparición de una nueva voz en la poesía estadounidense contemporánea y mereció los elogios de John Hollander, Richard Eberhart y Mark Strand. Ahora, en su segundo libro, Rosanna Warren ha cumplido su promesa.
En Stained Glass sigue examinando, como dijo John Hollander de su primer libro, "la relación del arte con la naturaleza, explorando la naturalidad última del mundo de la imagen, y leyendo con ternura y sagacidad las formas de fábula en que la realidad se presenta a la mirada apasionada". Sin embargo, en este volumen los poemas son más personales e íntimos; poseen una profundidad emocional que amplía la obra anterior. Vidrieras es un libro de duelo.
Comienza con un eco del Lycidas de Milton y concluye con una evocación de la Ilíada XXIV; en su transcurso toca muchas escenas de pérdida, personales e impersonales. En la voz de una madre esquimal, en la escena de un mercado parisino, en brillantes traducciones de poemas de Max Jacob y Pierre Reverdy, hasta las elegías más íntimas, el drama humano se desarrolla dentro de los ritmos más amplios del paisaje natural.
En poemas clásicos y elocuentes, que van desde los sonetos y las cuartetas rimadas hasta el verso libre de gran flexibilidad, Warren indaga vívidamente en el salvajismo de la vejez, la corrupción del cuerpo humano y el alejamiento humano de lo divino, evocando también escenas de sencilla ternura y belleza. Galardonada este año con una beca Ingram Merrill y con el premio Lavan de la Academia de Poetas Estadounidenses, que distingue a un poeta de mérito excepcional menor de cuarenta años, Rosanna Warren es claramente una de las poetas más dotadas de su generación.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)