Vida y obra del reverendo Jordan W. Early: Uno de los pioneros del metodismo africano en el Oeste y el Sur

Título original:

Life and Labors of Rev. Jordan W. Early: One of the Pioneers of African Methodism in the West and South

Contenido del libro:

Dejar constancia de algunos de los principales acontecimientos ocurridos durante la vida y la labor de los primeros pioneros del Metodismo Africano, parece ser un deber que debemos a aquellos hombres dignos que nos han precedido en la ardua tarea de establecer una Iglesia con tan maravillosas ventajas para la gente de color de este país. Ciego debe estar el hombre que no puede ver el designio de la Providencia al incitar los corazones de los hombres a resentir la intolerancia religiosa que fue lanzada contra ellos justo en el momento en que el creciente peso del yugo de la esclavitud pesaba tanto sobre una raza ya oprimida que sintieron que su peso no podía ser soportado más, y que debían construir para sí mismos una institución que fuera un presagio de la gran libertad que pronto vendría. Esta institución, cuyos cimientos fueron puestos con tan maravilloso cuidado y trabajo, ha hecho más para convencer al mundo de que los hombres de color poseían en un alto grado el poder de autogobierno, y que sus corazones se hinchaban con el mismo amor a la libertad que animaba los corazones de los más nobles de los hijos de la tierra. El éxito fenomenal de la Iglesia que tuvo su origen en la adversidad y la oscuridad, el vástago de las mentes de hombres que el mundo considera incultos e inexpertos, su rápido desarrollo y avance, su poder para superar todos los obstáculos y su éxito final y rotundo, despierta la admiración y el asombro del mundo cristiano.

No nos sorprende que aquellos que ahora viven y disfrutan de las grandes ventajas que ofrece este cuerpo fuerte y próspero, deseen saber algo del carácter y las labores de aquellos hombres que fueron los instrumentos favorecidos en las manos de Dios, por medio de los cuales estableció una institución que ha hecho más por desarrollar la fuerza moral y el poder ejecutivo de los descendientes de África en América de lo que se ha logrado por cualquier otro medio. Es cierto que no tenemos constancia de ninguna clase de hombres desde los días de los Apóstoles, que no habiendo tenido ventajas intelectuales ni formación moral, hayan realizado una obra tan notable en la ilustración y elevación y cristianización de un pueblo que estaba condenado a la ignorancia, la servidumbre y la degradación como lo ha hecho esa clase de hombres. Nadie puede presenciar el efecto de su pronta previsión, su sabio consejo y sus heroicas acciones en circunstancias tan difíciles, sin llenarse de asombro ante la asombrosa bondad de Dios al dirigir su curso, y de admiración por el poder que los condujo con precisión infalible a través de los oscuros laberintos de la superstición y la opresión, hasta tan señalada victoria. Confiaban en Dios con una fe apenas menos ferviente que la de los cristianos primitivos. Eran hombres de eminente piedad y sólida integridad, y había una energía silenciosa que acompañaba sus labores, aunque realizadas de una manera poco ostentosa, que les daba éxito dondequiera que se comprometieran y silenciaba toda oposición.

Así, el sujeto de nuestra narración fue uno de los favorecidos a quienes se permitió tomar parte activa en el establecimiento y edificación de la Iglesia A.M.E. en los estados del Oeste y del Sur.