Vida de matón: La verdadera historia del hip-hop y el crimen organizado

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Título original:

Thug Life: The True Story of Hip-Hop and Organized Crime

Contenido del libro:

"Ferranti sigue sorprendiéndonos con los OG más infames y su insondable vida callejera"-- The Source.

Seth Ferranti es uno de los escritores de crímenes reales más prolíficos de nuestra era. Conoce el juego de la calle por dentro y por fuera. De las calles a la penitenciaría, nadie lo califica mejor."--"White Boy Rick" Wershe.

De la cárcel a la calle, todo sigue su curso. La vida de un matón es algo más que escupir rimas o buscarse la vida en la esquina.

Los matones viven y mueren en las calles o acaban en el "vientre de la bestia". Los raperos mencionan las armas por su número de modelo y llaman a los traficantes por su nombre. El gangsta rap es la nostalgia de la época del crack llevada al extremo. Es un mundo en el que los raperos emulan a sus estrellas favoritas del barrio en los vídeos, celebran sus nombres en los versos y convierten a los gánsteres en héroes del gueto. Pero, ¿qué ocurre cuando el hip-hop y el crimen organizado chocan?

Desde las manzanas de Queens donde Supreme y Murder Inc. reinaban, hasta los barrios de Los Ángeles donde Harry-O y Death Row se dieron a conocer, pasando por Rap-A-Lot Records y J Prince en Houston, cuando los magnates del rap se alzaban, las leyendas de la calle no se quedaban atrás. Desde Bad Boy Records y Anthony "Wolf" Jones en Nueva York hasta Gucci Mane y la Black Mafia Family en Atlanta, pasando por Too Short y Daryl Reed en la Bay Area, la vida de los matones no era glamurosa. La mierda de la calle era real. En el juego había una lucha común por salir de la cuneta. Los gamberros intentaban conseguir su trozo del Sueño Americano por cualquier medio. Juego de drogas igual a juego de rap igual a buscavidas del hip-hop.

En Thug Life, Seth Ferranti te lleva de viaje a un mundo en el que el gangsterismo se mezcla con el hip-hop, un viaje de chulos, atracadores, numeritos, traficantes de droga, matones, jugadores, gangstas, buscavidas y, por supuesto, los raperos que viven una doble vida en el entretenimiento y el crimen. ¿El denominador común? Dinero, poder y respeto.