Puntuación:
El libro es elogiado por su detallado análisis demográfico del Japón antiguo y feudal temprano, que colma lagunas críticas en la comprensión de la transición al gobierno militar. Aunque sobresale en la cobertura de los periodos anteriores, tiene limitaciones en la de los periodos históricos posteriores.
Ventajas:⬤ Proporciona una visión muy necesaria de la demografía, incluidos los factores epidemiológicos y medioambientales
⬤ valiosa para fines educativos, especialmente en los cursos universitarios de historia
⬤ destaca el impacto de las enfermedades y las hambrunas en la historia de Japón.
La cobertura se detiene alrededor de 1400, dejando fuera acontecimientos significativos como el Sengoku Jidai.
(basado en 3 opiniones de lectores)
Daily Life and Demographics in Ancient Japan
Durante siglos, los estudiosos se han preguntado cómo era la vida cotidiana del pueblo llano de Japón, especialmente en épocas tan lejanas como la Edad Antigua (700-1150). Utilizando la disciplina de la demografía histórica, William Wayne Farris demuestra que durante la mayor parte de esta época, la población total de Japón apenas creció, rondando los seis millones durante casi quinientos años.
Las razones de esta población estable son complejas. La más importante es que Japón se vio envuelto en una pandemia en Asia Oriental que mataba tanto a aristócratas como a plebeyos en innumerables cantidades cada generación. Estas epidemias de viruela, sarampión, paperas y disentería diezmaron a la población adulta, provocando una gran agitación social y económica.
La hambruna se repetía cada tres años, dejando a gran parte de la población desnutrida o muerta.
La degradación ecológica del centro de Japón provocó un aumento de la sequía y la erosión del suelo. Y la guerra llevó a los soldados a asesinar en masa a transeúntes inocentes.
En estas duras condiciones, la agricultura sufrió altas tasas de abandono de los campos y un escaso desarrollo tecnológico. Tanto la agricultura como la industria adoptaron cada vez más tecnologías que ahorraban mano de obra. Los salarios subieron porque los trabajadores eran más caros.
Los comerciantes pasaron del uso del dinero al trueque. Desaparecen las ciudades. La familia era una entidad amorfa, con mujeres de alto estatus en una economía de escasez de mano de obra.
Las familias rotas y una tasa de mortalidad infantil terriblemente alta también formaban parte de los patrones de parentesco. La familia media vivía en una vivienda fría, con corrientes de aire y susceptible de incendiarse, vestía ropas hechas de cáñamo rasposo, consumía comidas apenas adecuadas en el mejor de los casos y sufría una falta de condiciones sanitarias que aumentaba la probabilidad de brotes de enfermedades.
Aunque la vida era dura para casi todas las personas entre 700 y 1150, estas experiencias representaban inversiones en capital humano que darían sus frutos durante la época medieval (1150-1600).
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)