Viajes por Alaska

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Título original:

Travels in Alaska

Contenido del libro:

En 1879 John Muir viajó por primera vez a Alaska. Sus estupendos glaciares vivos despertaron su ilimitado interés, ya que le permitieron verificar sus teorías sobre la acción glaciar. Volvió una y otra vez a este laboratorio continental de paisajes. El mayor de los glaciares de agua de marea conmemora apropiadamente su nombre. John Muir dedicó los últimos meses de su vida a este libro de viajes por Alaska, que prácticamente había terminado antes de su partida imprevista. Lo comenzó poco después de su regreso de África en 1912. Su afán por liderar la desafortunada campaña para salvar su amado valle de Hetch-Hetchy de la destrucción comercial interrumpió seriamente su trabajo. La enfermedad también le impidió trabajar con el cuidado y la minuciosidad que le caracterizaban en la gran cantidad de notas de Alaska que se habían acumulado en sus manos durante más de treinta años.

Los acontecimientos registrados en este volumen terminan a mediados del viaje de 1890. No se han encontrado las notas de Muir sobre el resto del viaje, y es ocioso especular cómo habría concluido el volumen si hubiera vivido para completarlo. Pero nadie leerá la fascinante descripción de las auroras boreales sin sentir una adecuación poética en el hecho de que su última obra termine con un retrato de las auroras, uno de esos fenómenos que en otro lugar describió como "la más gloriosa de todas las manifestaciones terrestres de Dios".

Los manuscritos de Muir llevan en cada página una impresionante evidencia del esmero que puso en su trabajo literario y del elevado nivel que se impuso a sí mismo en sus estudios científicos. La falsificación de un hecho o de una experiencia era algo impensable en relación con John Muir. Perseguía incansablemente el significado de un hecho fisiográfico, y su extraordinaria resistencia física le permitía por lo general seguirlo hasta su último escondite. A menudo, cuando relataba sus aventuras en Alaska, sus ojos se encendían con entusiasmo juvenil, y volvía a vivir los años de sangre roja que le proporcionaron "cosechas sin forma de gloria revelada".