Viajes góticos por paisajes embrujados: Los climas del miedo

Título original:

Gothic Travel Through Haunted Landscapes: Climates of Fear

Contenido del libro:

El gótico ha articulado a menudo el miedo tanto a través de sus representaciones del tiempo, el clima y el paisaje como a través de sus monstruos típicos, y la relación entre la geografía, el medio ambiente y los viajes ha sido una característica persistente del gótico desde sus primeros momentos. El gótico es un modo de escritura innatamente viajero, y la fascinación literaria provocada por el viaje de sillón es fundamental para la navegación de los miedos culturales: la "extrañeza" sólo se hace evidente una vez que uno cambia lo hogareño (Heimlich) por lo inquietante en escenarios nuevos o desconocidos. En este libro se argumenta que lo que diferencia a los viajes góticos de todos los demás tipos es la creciente toma de conciencia de que el terreno por el que se viaja se ha convertido en "embrujado" por lo que uno encuentra allí. Al mismo tiempo, ese encuentro transforma igualmente al viajero "para siempre", cualesquiera que sean los fantasmas que encontramos en el extranjero nos siguen a casa y echan raíces en nuestra conciencia colectiva. Este libro sostiene, por tanto, que el viaje literario gótico desempeña un papel clave a la hora de dar expresión a una serie de angustias inquietantes muy "reales". Los extraños e incómodos paisajes a los que nos impulsa nuestra lectura permiten que esas ansiedades tomen forma mientras que, a su vez, nuestra experiencia de viajar a través de estos paisajes nos permite, en parte, enfrentarnos a los miedos que provocan.

Este libro sostiene que el proceso y la experiencia del viaje en la literatura gótica ofrecen una perspectiva única de las preocupaciones culturales recurrentes desde finales del siglo XVIII en adelante, que van desde la preocupación por el cambio climático o la presencia de lo invisible hasta la negociación de la diferencia cultural y las aprensiones producidas por los diversos medios de transporte modernos. El libro sigue a viajeros que adoptan muchas formas ficticias -turistas, viajeros diarios, caminantes, exploradores, así como el turista de "sillón" o el lector- mientras se encuentran con climas, paisajes y topografías fascinantes, curiosos y a menudo inquietantes. El viaje gótico personifica el asombro, la excitación, el recelo o la incomprensión que suscitan los desplazamientos por terrenos familiares y desconocidos. Mientras que la exposición a lo salvaje, elemental o primitivo podía producir la elevación de lo sublime en los primeros góticos, cada vez más la experiencia del viaje planteaba preguntas inquietantes sobre las personas y los entornos que se encontraban más allá de los marcos de conocimiento establecidos. Los viajeros góticos son perseguidos, nunca están solos, y la experiencia de viajar a través de estos paisajes provoca temores que pueden ensombrecerlos incluso después de haber regresado a su tierra natal.

Una de las razones por las que la literatura gótica sigue siendo tan popular en los siglos XX y XXI como lo ha sido siempre, a pesar de nuestra menor creencia en lo sobrenatural o en la vida después de la muerte, es porque sigue proporcionándonos un mecanismo para dar forma a preocupaciones culturales que de otro modo serían informes pero profundas. El libro se pregunta, sin embargo, si la literatura gótica per se sigue siendo una fuente de miedo (como podría decirse que lo fue en sus primeras fases), o si ahora proporciona una respuesta "homeopática" a las crecientes ansiedades sociales, culturales y ambientales que se ciernen sobre nuestra conciencia. Este estudio analiza el modo en que la literatura gótica, desde finales del siglo XVIII hasta la actualidad, ha impulsado siempre a los viajeros ficticios al extranjero hacia paisajes culturales que resultan aterradores e incognoscibles, pero también se pregunta si las representaciones literarias más recientes plantean preguntas diferentes a sus lectores en relación con el medio ambiente, la vigilancia, la (im)migración, el extranjero y la innovación tecnológica, vistos a través de la lente del viaje. Como mostrará este estudio, estas expresiones del miedo hablan con fuerza de nuestro propio tiempo, y se manifiestan no sólo en la literatura gótica contemporánea, sino en el discurso cultural más amplio.