Vértigo: La tentación de la identidad

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Título original:

Vertigo: The Temptation of Identity

Contenido del libro:

Leyendo la filosofía a través de la lente de Vértigo, de Alfred Hitchcock, Andrea Cavalletti muestra por qué, durante dos siglos, los principales filósofos han llegado a considerar el vértigo como parte intrínseca de la propia filosofía.

Miedo al vacío, terror a las alturas: todo el mundo sabe lo que es la acrofobia, y muchos la padecen. Antes de Freud, las llamadas "ciencias de la mente" reservaban al vértigo un lugar de honor en el dominio de las patologías mentales. El miedo a caer -que es también el miedo a ceder a la tentación de dejarse caer- se entendió durante mucho tiempo como un elemento desestabilizador y a la vez embriagador sin con la conciencia misma era inconcebible. Algunos llegaron incluso a inducirlo en los pacientes mediante aterradoras terapias de rotación.

De un modo menos cruel, pero no menos radical, el vértigo también se reivindicó en la filosofía. Si Montaigne y Pascal aún podían considerarlo una perturbación de la razón y un truco de la imaginación que había que dominar, los pensadores posteriores dejaron de considerarlo una inestabilidad imaginativa ocasional que había que superar. Más bien llegó a considerarse intrínseca a la razón, de tal modo que la identidad se manifiesta como tambaleante, cinética, opaca y, de hecho, vertiginosa.

El impresionante libro de Andrea Cavalletti sitúa esta crítica de la conciencia estable junto a uno de los thrillers más famosos de Hitchcock, un drama sobre la identidad y sus abismos. La brillante combinación que hace Hitchcock de una dolly y un zoom para recrear el efecto de la caída describe ese doble movimiento de "alejar y acercar" que es la condición habitual del sujeto y de la intersubjetividad. Para llegar a mí mismo, debo verme desde el fondo del abismo, con los ojos de otro. Sólo entonces mi "aquí" huye hacia abajo y, desde allí, me atrae.

De la medicina clásica y del papel de la imaginación en nuestro mundo biopolítico al corazón mismo de la filosofía, de Hollywood al "ser-hacia-la-muerte" de Heidegger, Cavalletti pone de manifiesto el carácter vertiginoso de la identidad.