I see the invisible
La colección tiene una dosis de poemas meditativos y otros que reflexionan sobre los fundamentos coloniales y neoliberales que permiten la desconexión voluntaria de la naturaleza y permiten el extractivismo rapaz. También hablan de la criminalización de los defensores del medio ambiente y de cargar a las víctimas con luchas por la supervivencia sin rama vital.
Son poemas que llaman a la acción. A decir verdad, nunca pensé que escribiría otro volumen de poesía después del último, No bailaré a tu ritmo (2011). La razón era que mis volúmenes anteriores eran reactivos a las circunstancias de la época.
Patriots and Cockroaches (1992) fue una reacción a la corrupción sociopolítica en la que se había sumido África y que empañó el entusiasmo que habían suscitado los años de lucha por la independencia.
Pensábamos que entrábamos en una era poscolonial, pero lo que hicimos fue entrar en una viciosa época neocolonial. La siguiente colección, Poemas en fuga (1995), fue una reacción a la autocracia militar y a la represión que le siguió.
El volumen fue escrito literalmente en la clandestinidad. Le siguió Intercepted (1998), escrito durante su detención en la República de Kalakuta, cerca de Alagbon. We Thought it was Oil But it was Blood (2002) respondía principalmente a dos cosas: el extractivismo y los abusos de los derechos humanos y medioambientales que lo acompañan en el delta del Níger y en otros lugares.
La erosión masiva de la biodiversidad y los ataques a la soberanía alimentaria mediante la introducción de organismos modificados genéticamente (OMG) en nuestro sistema agrícola inspiraron I Will not Dance to your Beat. Lo que tienen en sus manos, o en sus pantallas, es una recopilación en gran medida más meditativa que las anteriores. Hay momentos de reflexión sobre los fundamentos coloniales y neoliberales que permiten una desconexión voluntaria de la naturaleza y el consiguiente extractivismo destructivo.
Algunos de los poemas surgieron de conversaciones y sesiones de escritura poética con Peter Molnar, Maryam al-Khawaja -galardonados con el Rafto de Derechos Humanos- y Salil Tripathi, miembro de la junta directiva de PEN International, en agosto de 2017. Las sesiones, celebradas en un bello paraje rústico de Celleno (Italia), fueron documentadas en celuloide por el dúo formado por Maria Galliana Dyrvik y Anita Jonsterhaug Vedå, de SMAU, una empresa multimedia de Noruega.
La relación poética con Maria y Anita ha continuado a lo largo de los años y su trabajo sigue inspirando cada vez más poemas. También hemos tenido tiempo de reflexionar sobre la criminalización de los defensores del medio ambiente y la carga de vic
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)