Unidos en el exilio, reunidos en la restauración: La agenda del cronista

Título original:

United in Exile, Reunited in Restoration: The Chronicler's Agenda

Contenido del libro:

Los libros de 1-2 Crónicas, aunque aparentemente son una obra de historia que relata el pasado, son en realidad un desafío a su audiencia judía del siglo IV en Babilonia para que tomen una decisión vital sobre su futuro. Se les presenta la disyuntiva de permanecer en el exilio, donde han nacido, o desarraigarse y viajar a su tierra ancestral pero desconocida.

Introduciendo relatos únicos de exilio, como el del líder rubenita Beerah (1 Cr. 5), y reinterpretando relatos familiares de migración forzada, como el exilio babilónico de "todo Israel", el Cronista revela el estado actual de Israel en el exilio. Mientras mira hacia el futuro, inserta súplicas de restauración en boca de héroes hebreos como David y Ezequías, junto con relatos de transformación, como el regreso de Manasés de un humillante cautiverio, para educar a sus lectores sobre su papel a la hora de completar el proceso de restauración de todo Israel.

Puesto que el exilio significó la reducción de Jerusalén, el fin de la monarquía davídica y la dispersión del Israel tribal, la restauración significaría 'todo Israel' reunido en Jerusalén bajo el sacerdocio levítico en el culto del templo reconstruido. El decreto de Ciro, inspirado por Yahvé, había ordenado que todo el pueblo de Dios 'subiera', pero el Israel del Segundo Templo se había estancado en algún punto entre el exilio y la restauración. Por lo tanto, el Cronista insta a todo el Israel de la diáspora a regresar a casa.

Estudios anteriores sobre el tema del exilio-restauración en segmentos de Crónicas (principalmente en 2 Crón. 36) y en Crónicas-Ezra-Nehemías han llevado a la visión distorsionada de que el Cronista está proclamando la victoria sobre el exilio. Si se le escucha en sus propios términos, el Cronista se muestra más bien insatisfecho con el actual estado de restauración de Israel, optimista en cuanto a que la reunión en Jerusalén pondrá fin al exilio, e inflexible en cuanto a que "todo Israel" debe asumir la responsabilidad por el pecado y el juicio de la nación... y la restauración.