Uncertain Hazards: La estrategia estadounidense para subvertir el bloque soviético, 1947-1956

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Título original:

Uncertain Hazards: America's Strategy to Subvert the Soviet Bloc, 1947-1956

Contenido del libro:

Con frecuencia, los ciudadanos de a pie se organizan en torno a cuestiones medioambientales sobre las que existen pocas pruebas científicas que respalden las afirmaciones de los activistas. ¿Debemos entonces desestimar tales afirmaciones por espurias? ¿O debemos ponernos del lado de los ciudadanos contra los contaminadores? Peligros inciertos no toma ninguno de los dos caminos.

Sylvia Noble Tesh analiza el problema, demasiado común, de la incertidumbre científica sobre los vínculos entre contaminación y salud pública, y demuestra que gran parte del problema se debe a la novedad del movimiento ecologista. La incapacidad de los científicos para encontrar datos que corroboren las afirmaciones de los ciudadanos se debe en parte a los supuestos "preambientalistas" que aún influyen en las ciencias de la salud ambiental, afirma Tesh. Por otra parte, la convicción de los activistas de que los contaminantes industriales amenazan su salud es consecuencia del éxito del movimiento ecologista en la promoción de nuevas ideas sobre la naturaleza.

Tesh señala las formas en que las ideas ecologistas han empezado a afectar a la ciencia, haciendo así más probable el descubrimiento de vínculos entre la exposición a contaminantes industriales y los problemas de salud de una comunidad. Entre ellas se encuentran la ampliación de las enfermedades cuya causa se considera medioambiental, el estudio de los ciudadanos más vulnerables de la sociedad para determinar los niveles seguros de contaminación y un nuevo enfoque de los efectos de la exposición a mezclas químicas.

Utilizando las propias palabras y experiencias de los activistas comunitarios, Tesh rebate la conocida acusación de que los activistas son ingenuos con respecto a la ciencia. Según ella, no es exacto caracterizar los debates sobre la peligrosidad de la contaminación como debates entre legos y expertos, sino como debates entre dos grupos de expertos.

Pero también es erróneo considerar el conflicto sobre la contaminación ambiental sólo en términos científicos. El conflicto tiene dimensiones morales culturalmente importantes, y los activistas comunitarios recurren en gran medida, aunque a menudo inconscientemente, a las enseñanzas del ecologismo.