Puntuación:
El libro «Una tierra curiosa» es una colección de relatos cortos interconectados ambientados en un pueblo palestino. Explora las vidas de sus habitantes a través de generaciones, mostrando sus experiencias en medio de la guerra y la ocupación, haciendo hincapié en su humanidad, resistencia e interconexión. Los críticos elogiaron la atractiva escritura, el buen desarrollo de los personajes y la perspicaz perspectiva que ofrece de la cultura y la historia palestinas.
Ventajas:⬤ Personajes auténticos y bien desarrollados con los que el lector se encariña emocionalmente.
⬤ Una prosa atractiva y hermosa, lírica y evocadora.
⬤ Ofrece profundos conocimientos culturales sobre la vida y la historia de Palestina.
⬤ Las historias interconectadas crean un rico tapiz narrativo.
⬤ Muy recomendable para lectores interesados en experiencias humanas y paisajes políticos.
Algunos críticos no mencionaron desventajas significativas; sin embargo, un posible contra podría ser que el realismo y la profundidad emocional no atraigan a los lectores que prefieren estilos narrativos más fantásticos o diferentes.
(basado en 16 opiniones de lectores)
A Curious Land: Stories from Home
Ganador del American Book Award 2016, del Arab American Book Award 2016 y del Premio Grace Paley de Narrativa Breve 2014.
La colección de relatos cortos de Susan Muaddi Darraj sobre los habitantes de un pueblo palestino de Cisjordania, Tel al-Hilou, abarca generaciones y continentes para explorar ideas sobre la memoria, la pertenencia, la conexión y, en última instancia, el significado más profundo y rico del hogar. Una tierra curiosa da voz a las experiencias de los palestinos del último siglo.
Un extracto de Una tierra curiosa:
Cuando Rabab bajó el magad y palmeó el pozo con las zapatillas demasiado grandes de su madre, la jarra de piedra clavándose en su hombro, al principio no vio el cadáver. El sol de la mañana iluminaba todo a su alrededor -las casas de cemento, las barandillas de hierro a lo largo de una pared, los barrotes de las ventanas, las piedras alrededor del pozo- y le hacía entrecerrar los ojos, que le picaban.
Tenía hambre. Eso era todo.
Habían llegado aquí anoche, deteniéndose en cuanto Awwad y los hombres estuvieron seguros de que el ejército se había desplazado hacia el sur. Debía de ser la tercera vez en pocas semanas: recoger las tiendas, cargar las mulas y desaparecer en las arenas. Ella esperaba que esta guerra terminara pronto, y en realidad no le importaba quién ganara, siempre y cuando terminara porque no habían comido bien en dos años. En los últimos meses, su madre había vendido todo su oro, excepto su pulsera de liras. Era lo único que le quedaba, y se aferraba a él, y Rabab se dio cuenta de que todos lo hacían; imaginaba que, el día que lo vendieran, cuando la muñeca de su madre estuviera desnuda, sería señal de que habían llegado al final.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)