A Chair Keeps the Floor Down
A Chair Keeps the Floor Down, celebra y honra el arte de enseñar a través de canciones de amor llenas de imágenes a sus alumnos, que a menudo giran más que hablan. A través de su poesía, Susan relata su enriquecedora carrera como profesora de educación especial, donde participó en campos compartidos de descubrimiento con niños y familias. Su oficio de maestra comenzó en la adolescencia, cuando fue tutora de un joven vecino con una discapacidad del desarrollo, y creció a partir de ahí. Los poemas de Susan.
Se basan en el detalle y el ritmo, dando lenguaje a la memoria de sus alumnos, muchos de los cuales no podían hablar por sí mismos.
La colección se divide en dos secciones. En la primera, Últimamente,Susan lleva al lector de viaje al aula, donde los niños cobran vida en vívidos detalles: "Nathan/ que adora el sonido de los cartones de leche", Sebastian/ que encuentra la forma de una lámpara en todo". A lo largo de esta sección entreteje imágenes de sus sueños: "En un sueño/ mi padre está vivo con los brazos abiertos/ el pequeño Henry, mudo/ de repente tiene la palabra para correr". En su poema "Lockdown", ella.
Mete al lector en el día a día muy real de una profesora: "dos profesores/ acurrucados en un armario", y en "Sin remordimientos" describe conmovedoramente el difícil trabajo de intentar mantener a sus.
alumnos a salvo tras una oleada de tiroteos en las escuelas: "Quiero hacer promesas /que no puedo cumplir/ sobre salvar a estos niños diminutos /que tras el milagroso chaparrón /saltan a los charcos/ y ven sus huellas /seguir tras ellos".
En la segunda sección, Tell Me More,ahonda en el paso de Susan a la jubilación.
En "Huella de manos pequeñas", explora cómo ha cambiado el ritmo de su vida:
"Paso/de las rutinas entrecortadas/de un trabajo por hacer/a un cuerpo de gato/que se redondea con fluidez/en todas las capas/todavía por florecer". En "En la piscina pública", reflexiona sobre su incorporación a una nueva comunidad de colegas: "Somos escritores y paganos/ abogados y carpinteros/ secretarias y curanderos... somos profesores/ que aún enseñan/ y jubilados/ que recuerdan/ el latido del aula/ con su magia de adrenalina/ y fatiga". A medida que descubre nuevas rutinas, se encuentra en los autobuses y en las calles sin dejar de fijarse en los niños," niña de boca ansiosa/que frunce alrededor/del dulce globo/de una piruleta".
A Chair Keeps the Floor Down es un poemario conmovedor y elaborado, que no sólo rinde homenaje a niños y maestros, sino también al proceso de envejecimiento: "Tengo 65 años/ sigo girando/ por el aire/ y el agua/ con los pies descalzos/ curvándome alrededor de las rocas/ para alabar al suelo".
© Book1 Group - todos los derechos reservados.
El contenido de este sitio no se puede copiar o usar, ni en parte ni en su totalidad, sin el permiso escrito del propietario.
Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)