A New Embassy Along an Ancient Route in Uzbekistan
Cuando la Unión Soviética dejó de existir, Estados Unidos recibió el encargo de establecer relaciones diplomáticas con las nuevas repúblicas independientes sucesoras y crear una embajada en cada una de las nuevas capitales. En este libro, el primer embajador de Estados Unidos en Tashkent, Henry Clarke, explica los retos logísticos que supuso alcanzar ese objetivo en Uzbekistán, la tercera república en población después de Rusia y Ucrania. Muestra cómo Estados Unidos apoyó la independencia de Uzbekistán ampliando, desde casi cero, sus relaciones políticas, económicas, comerciales, militares, educativas, humanitarias e incluso artísticas con Estados Unidos.
El libro aborda temas tan complejos como los combates en los vecinos Tayikistán y Afganistán.
El cambio gradual de la lengua oficial del ruso al uzbeko, incluido el paso del alfabeto cirílico al latino.
La corrupción local y la falta de políticas económicas de mercado.
Y el reto de defender los principios estadounidenses de derechos humanos en un país cuyo líder, Islam Karimov, se hizo famoso por su brutalidad. Pero con la ayuda internacional, en 1995 la independencia de Uzbekistán estaba bien asentada.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)