Puntuación:
El libro ofrece una perspectiva poderosa y refrescante del caso Ted Bundy, centrándose en las historias de las víctimas y los supervivientes en lugar de glorificar al asesino. Kathy Kleiner Rubin comparte sus desgarradoras experiencias y el impacto del ataque en su vida, al tiempo que desmonta los mitos en torno al carisma de Bundy. Los lectores se quedan con una profunda conexión emocional con los supervivientes y una comprensión renovada de la brutalidad de las acciones de Bundy.
Ventajas:⬤ Proporciona una perspectiva única de un superviviente, destacando las vidas y las historias de las víctimas.
⬤ Bien escrito y atractivo, por lo que es una lectura fácil.
⬤ Hace un gran trabajo de desacreditar el mito de Bundy como una figura encantadora e inteligente.
⬤ Una narración poderosa que evoca empatía y sensibiliza sobre el impacto de los asesinos en serie en sus víctimas y familias.
⬤ Ofrece un mensaje de resiliencia y fortaleza para superar el trauma.
⬤ Algunos lectores encontraron la escritura algo repetitiva con respecto a ciertos temas.
⬤ Se mencionaron las fuertes respuestas emocionales del autor, que podrían afectar a la objetividad de la narración.
⬤ Se criticó la calidad de la redacción y se pidió un proceso de edición más estricto.
⬤ Se señalaron algunas inexactitudes factuales sobre la captura de Bundy, que podrían confundir a los lectores sobre los detalles históricos.
(basado en 33 opiniones de lectores)
A Light in the Dark: Surviving More Than Ted Bundy
En enero de 1978, dormí en mi cama en la casa de la hermandad Chi Omega de la Universidad Estatal de Florida mientras Ted Bundy acechaba cerca.
Cogió un tronco de roble de una pila de leña, se coló por una puerta sin cerrar y subió por la escalera trasera, donde encontró mi puerta sin cerrar.
Recuerdo el ataque vívidamente. Bundy me golpeo una vez en la cabeza con el tronco y luego ataco a mi compañero de cuarto. Me oyó gemir y vino a rematarme. Nunca dejaba vivir a sus víctimas. Pero se detuvo de repente cuando una luz brillante llenó la habitación. Huyó de la casa de la hermandad y la luz desapareció.
Bundy no fue mi primer roce con la muerte, y no fue el último. Hace tiempo que soy una superviviente. Nací en una familia cubanoamericana en 1957 en Florida. Tuve una infancia feliz hasta que recibí mi primera sentencia de muerte a los trece años. Los médicos no sabían por qué estaba siempre tan agotada y con fiebre baja. El pronóstico era sombrío después de que mi riñón izquierdo empezara a fallar. Entonces, un médico cubano me salvó la vida con un diagnóstico sorpresa: lupus, y un plan de tratamiento: quimioterapia. Volví a someterme a quimioterapia a los treinta y pocos años, cuando me diagnosticaron un cáncer de mama en estadio dos.
Esta es mi historia de supervivencia a tres sentencias de muerte y de cómo encontré el amor y la felicidad en el camino. Me salvó una luz brillante, y espero que mi historia sirva para las personas que están pasando por sus propios momentos oscuros.
Soy una víctima, pero también soy una superviviente y quiero hablar en nombre de todas las mujeres y niñas que Bundy asesinó. Se ha convertido en una leyenda, y nuestras voces han sido silenciadas o ignoradas. Es hora de que seamos escuchadas.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)