Puntuación:
El libro ha recibido críticas mayoritariamente positivas, y los lectores han apreciado el intrincado desarrollo de los personajes, su profundidad emocional y su contexto histórico. Sin embargo, algunos señalaron que ciertos elementos de la trama y las transformaciones de los personajes eran incómodos o difíciles de seguir.
Ventajas:Personajes atractivos y bien desarrollados, exploración perspicaz del amor, profundidad emocional y un final satisfactorio. El estilo de escritura se describe como bello y conmovedor, lo que lo convierte en una lectura atractiva, especialmente para los aficionados a la literatura del siglo XVIII.
Desventajas:El ritmo puede ser lento, sobre todo en la primera parte, y algunos personajes sufren cambios de personalidad inexplicables. El lenguaje arcaico puede resultar difícil para algunos lectores, y la historia puede parecer poco realista para los estándares modernos.
(basado en 8 opiniones de lectores)
A Simple Story
Elizabeth Inchbald (1753 - 1821) fue una actriz, novelista y dramaturga británica. Entre 1784 y 1805 representó diecinueve de sus comedias, dramas sentimentales y farsas en teatros londinenses.
La vida de Inchbald estuvo marcada por las tensiones entre, el radicalismo político, un carácter apasionado que evidentemente atrajo a varios de sus admiradores, y un amor por la independencia enfrentado a su deseo de respetabilidad social y una fuerte atracción por las figuras de autoridad. Cuando la señorita Milner anuncia su pasión por su tutor, un sacerdote católico, rompe la doble barrera de su vocación religiosa y las normas de la sociedad británica del siglo XVIII sobre el comportamiento femenino adecuado. La historia comienza con el sacerdote en Londres.
"Dorriforth, educado en St. Omer's con todo el rigor escolástico de ese colegio, era, por educación y por los votos solemnes de su orden, un sacerdote católico romano, pero discriminando muy bien entre la parte filosófica y la supersticiosa de ese carácter, y adoptando sólo la primera, poseía cualidades no indignas de los primeros profesores de cristianismo.
Todas las virtudes que su vocación era predicar, se preocupaba de practicarlas; tampoco pertenecía a la clase de los religiosos que, al aislarse del mundo, pierden el mérito que podrían tener en la reforma de la humanidad. Se negó a refugiarse de las tentaciones de los laicos junto a los muros de un claustro, sino que buscó y encontró ese refugio en el centro de Londres, donde habitó en su propia prudencia, justicia, fortaleza y templanza".
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)