Una fe postcristiana: La larga batalla por el alma humana

Opiniones de los lectores

Actualmente no hay opiniones de lectores. La calificación se basa en 2 votos.

Título original:

A Post-Christendom Faith: The Long Battle for the Human Soul

Contenido del libro:

Ante las múltiples posibilidades religiosas, el auge del naturalismo ateo y el relativismo moral, es fácil sentirse perplejo acerca de lo que más importa, o caer en la tentación de concluir que nada podría importar más. Como primer volumen de Una fe postcristiana, un conjunto de tres obras teológicas interrelacionadas, La larga batalla por el alma humana examina los principales acontecimientos históricos que han conducido a nuestra confusión contemporánea, para que podamos trazar un camino a seguir.

Philip Rolnick comienza con una evaluación teológica de la Reforma, la Ilustración y la Revolución Francesa, tres movimientos que intentaron, y hasta cierto punto lograron, reformulaciones básicas de la humanidad. Tras la conmoción de la Reforma, con su crítica basada en la fe, la crítica basada en la razón de la Ilustración dejó más o menos de lado la fe. La radicalidad de la crítica ilustrada condujo a su vez a las radicales reformulaciones antropológicas de la Revolución Francesa, que desembocaron en el Terror. Separadas de la fe cristiana, y a menudo oponiéndose ferozmente a ella, las primeras formas de humanismo secular volcaron sus energías en la remodelación de las estructuras sociales y políticas, mientras el crescendo de la crítica alteraba profundamente el paisaje espiritual de Occidente. Con las certezas fundacionales hechas añicos, surgieron nuevos movimientos que tiraron en distintas direcciones, algunas de ellas peligrosas y mortales. Rolnick traza un mapa de esta fractura a través del ateísmo de Feuerbach, los excesos de la literatura romántica, el auge del nihilismo, la "inversión moral" del marxismo, el positivismo de Comte y la guerra sin cuartel de Nietzsche contra el cristianismo.

En esta historia de cimientos rotos, Rolnick se cuida de mostrar que la Iglesia y el Evangelio nunca han dejado de ofrecer unos cimientos muy distintos: dignos de confianza y eternamente duraderos. Este primer volumen termina con una nota de esperanza, pasando del humanismo problemático de los últimos siglos a un humanismo basado en la fe encarnada. Su reflexión cristológica mira más allá del quebrantamiento y hacia Aquel que nunca ha dejado de restaurar la integridad humana.