Puntuación:
El libro es un relato profundamente personal sobre la fe y la íntima relación con Dios que surge a través del sufrimiento. Destaca el poder transformador de la oración y la presencia inquebrantable de Dios tanto en los momentos buenos como en los difíciles.
Ventajas:El libro está bellamente escrito y ofrece un poderoso testimonio de la fidelidad de Dios. Los lectores aprecian la autenticidad de la autora y las referencias bíblicas que enriquecen la narración. A muchos les pareció una lectura muy recomendable e impactante.
Desventajas:En las reseñas no se mencionan contras específicos, aunque las experiencias individuales de sufrimiento pueden resonar de forma diferente en cada lector.
(basado en 6 opiniones de lectores)
A Joyful Journey and a Tattered Faith
¿Alguna vez has sentido que vivías el sueño americano? Yo sí. ¿Te has sentido alguna vez como si te hubieran arrancado la alfombra de debajo de los pies? Yo también.
¿Te has sentido como si Dios te hubiera abandonado? Yo también. ¿Te has preguntado si Dios es real? Avergonzado, yo también me lo pregunté. Raymond y yo nos casamos muy jóvenes.
Teníamos grandes sueños y grandes expectativas.
Yo me aferraba al sueño de la «valla blanca» y él al de «tener éxito». Nos sentíamos imparables.
Por supuesto, ninguno de los dos tenía ni idea de cómo iba a ocurrir, sólo creíamos que ocurriría. Y durante un tiempo fue como si viviéramos el sueño americano. Teníamos dos niñas preciosas, el mejor perro que nadie podría pedir y un dulce hogar.
Raymond tenía un trabajo bastante bien pagado y yo era ama de casa. Todo parecía, bueno... ¡casi perfecto! Aunque todo parecía perfecto por fuera, era el interior el que estaba sufriendo mucho.
En algún momento, nos habíamos olvidado de Dios. Habíamos profesado ser cristianos, pero, la verdad, era sólo de palabra.
Le habíamos dejado fuera de nuestros pensamientos y de nuestros planes. Y entonces llegó el cambio. Raymond se había lesionado en el trabajo.
La vida tal como la conocíamos estaba a punto de terminar.
Aquí sería donde nuestra fe, si es que teníamos alguna, iba a ser puesta a prueba. Una tarde dolorosa, me encontré desmoronada en el suelo de nuestro dormitorio. ¿Cómo habíamos llegado a este punto?
¿Cómo habíamos llegado a esto con todos nuestros sueños y expectativas? Se suponía que íbamos a ser diferentes. Se suponía que íbamos a ser únicos. Y se suponía que íbamos a superar todas las adversidades.
Empezamos a preguntar e incluso a culpar a Dios. «Señor, ¿por qué has permitido que ocurriera esto? ¿Qué hemos hecho para merecer esto? Le habíamos colocado en el «asiento caliente». Ese fue el comienzo de Un viaje lleno de alegría y una fe hecha jirones.
Habíamos vivido una vida confiando únicamente en nosotros mismos. No sabíamos lo que era depender de Dios, confiar en Él para superar cualquier situación. A decir verdad, no le conocíamos.
Sólo sabíamos de Él. El Señor nos ha llevado de la mano, tanto juntos como por separado, y nos ha guiado a través de momentos muy difíciles. Tiempos en los que nos preguntábamos si Él realmente existía.
Incluso momentos en los que nos preguntábamos si Él era real, si le importaba. Este viaje ha valido cada paso. Dios es un Dios personal.
Nos ama más allá de nuestra comprensión. Tiene un plan para nosotros y es bueno. Quiere darnos una esperanza y un futuro.
Quiere prosperarnos y no dañarnos. Más que nada, quiere que vivamos con Él para siempre.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)