Puntuación:
El libro ha sido muy elogiado por su rigor y amenidad, lo que lo convierte en una lectura recomendada para cualquier persona interesada en las revoluciones y la historia británica de la época. Ofrece abundante información y está bien escrito. Sin embargo, a algunos lectores les ha resultado difícil de seguir debido a su narrativa no lineal y a la complejidad de los personajes.
Ventajas:Escritura excelente, contenido detallado y bien pensado, alta legibilidad, una fuente importante de información sobre el periodo y excelente estado como copia usada.
Desventajas:A algunos lectores les resulta difícil seguir la narración debido a la falta de contexto y a los saltos entre personalidades y líneas temporales.
(basado en 7 opiniones de lectores)
A Mad, Bad, and Dangerous People?: England 1783-1846
Fue un periodo de transformación en la historia de Inglaterra. En 1783, el país se encontraba en uno de los momentos más bajos de su historia, tras haber perdido sus colonias americanas en una guerra. En 1846 volvía a ser una gran nación imperial, además de la potencia más fuerte y la economía dominante del mundo, tras haberse beneficiado de lo que a veces (aunque de forma engañosa) se ha denominado la primera revolución industrial. Mientras tanto, sobrevivió a una década de temores de invasión y salió victoriosa de más de veinte años de guerra a muerte contra la Francia napoleónica. Pero si la fortuna exterior de Gran Bretaña estaba en ascenso, la situación interna seguía estando plagada de peligros. La población del país crecía a un ritmo que no había experimentado ninguna sociedad anterior comparable, y sus ciudades manufactureras, especialmente, se estaban convirtiendo en agujeros del infierno sucios, plagados de enfermedades y empapados de ginebra, provocando a su vez la fantasmagoría de un pueblo loco, malo y peligroso. No es de extrañar que en estos años se viviera el.
No es de extrañar que en estos años se viviera el periodo más prolongado de agitación social desde el siglo XVII, ni que la élite temiera constantemente una revolución a la francesa en Inglaterra.
Las clases gobernantes respondieron a estos nuevos retos y a mediados del siglo XIX ya se vislumbraban las semillas de un sistema bipartidista asentado y de un Estado más intervencionista en lo social, aunque habría sido demasiado pronto para decir en aquel momento si esas semillas arraigarían de forma permanente. Otra consecuencia de estas tensiones fue el compromiso intelectual con la sociedad, como por ejemplo en el Movimiento Romántico, un fenómeno literario que situó por primera vez a la cultura inglesa en el primer plano de la atención europea. Al mismo tiempo, el país experimentó el gran renacimiento religioso, descrito vagamente bajo el epígrafe de evangelicalismo. Lenta pero inexorablemente, el estilo rufianesco y desenfadado de la sociedad dieciochesca, que había alcanzado su punto álgido en la Regencia, sucumbió después a las nuevas normas de respetabilidad conocidas popularmente como victorianismo.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)