A Country Without Names
Un país sin nombres ofrece un panorama de la actividad humana desde sus primeros días imaginarios y la formación del sedentarismo estatal agrario hasta nuestros días. Sus teselas, reunidas más allá de las fronteras de un país o de una cultura, constituyen un mosaico en el que puede recogerse toda la furia y la fatuidad de la búsqueda de esa fantasmagoría dorada de un Estado justo y benéfico.
Aunque la colección está impregnada de cierta tristeza -desde la oscura elegía de Flowering Midnight a la lírica pastoral inglesa, hasta el destino de Patrice Lumumba en el Congo, pasando por los paralelismos políticos contemporáneos y casi contemporáneos que animan Under Jui-yi Shan-, debe considerarse, sin embargo, como el corolario de una exploración no sentimental de la experiencia, en una colección que es a la vez un canto al mundo natural y una denuncia de las cualidades y estructuras humanas que lo amenazan.
Ian Seed, al reseñar Ice Stylusel último volumen, tras Interlocutors of Paradise y Obsequy for Lost Things, de la trilogía Unsubdued Singing de Anderson, señaló "su lirismo altamente cargado... el lenguaje... escaso, staccato, reducido al mínimo". Y señaló "su cualidad atemporal y arquetípica", "la sensación de un viaje épico a la oscuridad de la psique occidental... La tensión entre las cualidades estéticas del texto y su temática política, histórica y filosófica recuerda sobre todo a la obra de Ezra Pound... En el clima político actual, este libro puede leerse también como... un llamamiento a empezar de nuevo con una narrativa que reconozca la humildad de nuestro lugar en el universo y nuestra responsabilidad ante él".
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)