Un millón de pequeñas maneras: Descubre el arte que estás hecho para vivir

Opiniones de los lectores

A Million Little Ways de Emily P. Freeman es un libro profundamente inspirador que anima a los lectores a reconocer su creatividad inherente como parte de su identidad en Cristo. Destaca que cada uno es un artista a su manera, al vivir su vida como expresión del arte de Dios. El libro combina un lenguaje bello y poético con consejos prácticos para vivir creativamente, centrándose en verdades espirituales y aliento.

Los lectores aprecian el estilo poético del libro, su capacidad para validar múltiples expresiones creativas y su estímulo para abrazar la propia identidad como arte de Dios. Los temas del autodescubrimiento, vivir con propósito y ver las acciones cotidianas como arte resuenan con muchos. El tono coloquial y las anécdotas personales lo hacen cercano, aportando una nueva perspectiva de la creatividad accesible a todos.

Algunos lectores consideraron que el estilo de redacción era demasiado prolijo o repetitivo, y que podría ser más conciso, sobre todo en la primera mitad. Algunos críticos señalaron que, si bien el mensaje es poderoso, puede requerir una reflexión cuidadosa y puede no ser atractivo para todos. Además, algunos opinaron que el énfasis en el término «arte» resultaba abrumador, sugiriendo que podría intercambiarse con conceptos como «propósito» o «pasión».

(basado en 266 opiniones de lectores)

Título original:

A Million Little Ways: Uncover the Art You Were Made to Live

Contenido del libro:

La mayoría de nosotros no nos definiríamos necesariamente como artistas. Somos padres, estudiantes, empresarios, amigos.

Trabajamos duro, intentamos llegar a fin de mes y a menudo anhelamos algo más: más tiempo, más amor, más seguridad, más sensación de que hay algo más ahí fuera. ¿La verdad? No necesitamos mirar tanto a nuestro alrededor. Dios está dentro de nosotros y quiere brillar a través de nosotros de mil maneras.

Un millón de pequeñas maneras descubre la huella creativa y personal de Dios en cada individuo. Invita a los padres desanimados, a los cristianos aburridos y a los ejecutivos agotados a mirar sus vidas de otra manera, acercándose a sus críticos, a sus trabajos y a los niños que les rodean del mismo modo que un artista se acerca al lienzo: con asombro, valentía y esperanza.

Con su estilo amable y convincente, Emily Freeman anima a los lectores a bajar el volumen de su crítica interior y a salir al mundo con el valor de ser quienes son en el fondo. Invita a la gente corriente a ver el potencial artístico de las palabras, los gestos, las actitudes y las relaciones.

Los lectores descubrirán el arte en una palabra tranquila, una cena caliente, una cama hecha, una mirada llena de gracia y un millón de otras maneras de mostrar a Dios al mundo a través de los sencillos actos humanos de escuchar, esperar, crear y mostrarse.