Un Loonie para la suerte

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Título original:

A Loonie for Luck

Contenido del libro:

En febrero de 2002, los mejores equipos de hockey del país se dirigieron a Salt Lake City para competir en los Juegos Olímpicos de Invierno. Nuestros hombres y mujeres esperaban llegar hasta la final, pero hacía cincuenta largos años que los canadienses no ganaban el oro olímpico. En el pasado, habían estado cerca, pero la suerte parecía estar siempre en su contra.

Esta vez, sin embargo, sus posibilidades de acabar con la larga sequía eran buenas. Las mujeres parecían dispuestas a conseguir una medalla, aunque el todopoderoso equipo estadounidense se interponía entre ellas y el premio final. Los hombres canadienses también se enfrentaban a rivales fuertes, pero las perspectivas eran buenas para el equipo de estrellas reunido por el gran Wayne Gretzky. Y esta vez, ambos equipos tenían un arma secreta. Tan secreta que ni siquiera sabían que existía. Al principio.

Como todos los buenos secretos, éste era demasiado bueno para no revelarlo. Bajo la superficie del hielo central, Trent Evans había escondido un loonie canadiense. El experto fabricante de hielo había sido invitado desde Edmonton para ayudar a instalar el hielo para los Juegos, y este era su pequeño amuleto de buena suerte para nuestros equipos olímpicos de hockey. Tal vez, pensó, a los chicos les vendría bien algo de "ventaja de jugar en casa".

A Loonie for Luck es la verdadera historia de ese loonie y de la magia que tejió en Salt Lake City. Sigue a Wayne Gretzky, Trent Evans y los equipos masculino y femenino durante su estancia en los Juegos. Y rinde homenaje al papel de la superstición y el azar en el hockey, una parte del deporte que no siempre se reconoce, pero que aporta verdadera magia al juego.

Con la estrecha colaboración de Wayne Gretzky y Trent Evans, Roy MacGregor cuenta la historia de cómo la moneda llegó a estar en el bolsillo de Trent Evans y luego enterrada bajo el centro del hielo. Cuenta cómo, a lo largo de los Juegos, el loonie estuvo en peligro de ser descubierto a medida que el secreto empezaba a extenderse, y cómo, a medida que avanzaba el torneo, con los jugadores necesitados de todas las oportunidades posibles, la buena suerte se mantuvo milagrosamente.

Esta historia real, brillantemente ilustrada por Bill Slavin, está llena de suspense, humor y encanto. Hará las delicias de todos los canadienses que sintieron una oleada de orgullo por nuestros atletas en Salt Lake City.