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A Bound Man: Why We Are Excited about Obama and Why He Can't Win
Un examen esclarecedor de las complejas cuestiones raciales a las queel PresidenteBarack Obamase enfrentóen su carrera hacia la Casa Blanca, una carrera que forzó un diálogo nacional sobre el estado actual de las relaciones raciales en Estados Unidos, por el autor del bestseller del New York Times y ganador del NBCC El contenido de nuestro carácter.
La pobreza y la desigualdad suelen ser el centro de los diálogos que tienen lugar durante las elecciones presidenciales, pero la candidatura de Obama a un cargo tan alto empujó la conversación a un nivel más abstracto en el que la raza es una política de culpa e inocencia generada por nuestra dolorosa historia racial: una especie de juego de moralidad entre (y dentro de) las razas en el que la inocencia es poder y la culpa es impotencia.
Steele escribe sobre cómo Obama se vio atrapado entre las dos posturas clásicas que los negros siempre han utilizado para abrirse camino en la corriente blanca estadounidense: negociar y desafiar. Los negociadores llegan a un "acuerdo" con la América blanca en el que dicen: "No te restregaré en la cara la horrible historia de racismo de Estados Unidos si no me echas en cara mi raza". Los desafiantes hacen lo contrario que los negociadores. Acusan a los blancos de racismo inherente y luego les exigen que demuestren su inocencia apoyando políticas favorables a los negros, como la discriminación positiva y la diversidad.
Steele sostiene que, durante la carrera, Obama se vio demasiado constreñido por estas elaboradas políticas como para encontrar su propia y verdadera voz política. Obama tiene el temperamento, la inteligencia y los antecedentes -una familia interracial, una educación excelente- para guiar a Estados Unidos más allá de la agotada política racial que prevalece ahora. Y, sin embargo, es una figura prometeica, un hombre atado.
Según Steele, los estadounidenses están constreñidos por una corrección racial tan totalitaria que nos da miedo incluso preguntarnos en privado lo que pensamos sobre cuestiones raciales. Como a Obama, a la mayoría de nosotros nos resulta más fácil programarnos para ser correctos que arriesgarnos a saber y expresar lo que realmente sentimos. Obama emerge como una especie de Everyman en el que podemos ver nuestra propia lucha por aceptar y honrar lo que honestamente sentimos sobre la raza. En A Bound Man, Steele deja clara la constelación precisa de fuerzas que atan a Obama y propone un camino para que rompa esas ataduras y encuentre su propia voz. La valentía de confiar en su propio y cuidadoso juicio es el nuevo progreso racial, la "salida" de las fuerzas que ahora nos atan a todos.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)