Un caballo pálido

Opiniones de los lectores

A Pale Horse, de Charles Todd, presenta al inspector Ian Rutledge investigando un asesinato relacionado con un hombre desaparecido en la Inglaterra posterior a la Primera Guerra Mundial. La novela es rica en detalles históricos y desarrollo de personajes, pero se enfrenta a críticas por su compleja trama y su insatisfactoria conclusión. Mientras que algunos lectores aprecian la exploración en profundidad del carácter de Rutledge y el ambiente atmosférico de la narración, otros encuentran poco claros ciertos puntos de la trama o poco definidos a los personajes.

Rico en detalles históricos, personajes bien desarrollados, trama atractiva, misterio de ritmo rápido y metódicamente elaborado, ambientación envolvente y fuerte exploración del personaje de Rutledge y su lucha contra el trastorno de estrés postraumático.

Trama compleja y a veces enrevesada, final insatisfactorio o precipitado, algunos personajes mal definidos que inducen a confusión, motivos repetitivos de libros anteriores y elementos tediosos relacionados con la persecución de Rutledge por Hamish, que algunos lectores encuentran fastidiosos.

(basado en 165 opiniones de lectores)

Título original:

A Pale Horse

Contenido del libro:

La Gran Guerra nunca abandonó su dominio sobre el inspector de Scotland Yard Ian Rutledge, dejándole atormentado y aislado, incapaz de olvidar.

En la primavera de 1920, es enviado a Berkshire para encontrar a un hombre desaparecido cuyo trabajo de guerra es tan secreto que ni siquiera Rutledge puede conocer su verdadera naturaleza. Mientras tanto, a kilómetros de distancia, un cuerpo no identificado ha sido descubierto en las ruinas de una abadía de Yorkshire, vestido con una túnica de monje y con una máscara antigás.

A la sombra de un gran caballo blanco excavado en la ladera de creta -donde las cabañas construidas antaño para albergar a enfermos e intocables dan cobijo ahora a parias como él-, Rutledge debe extraer una terrible verdad de quienes se esconden del pasado. Porque la muerte nunca acaba con nadie, y menos aún con los hombres que lucharon en las sangrientas trincheras de Francia.