La importancia espectral de las bases de Schiff (azometinas) radica en su capacidad para formar fácilmente compuestos de coordinación con metales. Esto se debe a la presencia de un par solitario de lectrones en el átomo de nitrógeno y a la naturaleza generalmente donadora de lectrones del doble enlace.
También forman quelatos metálicos estables de cinco o seis miembros si hay un grupo funcional con un átomo de hidrógeno reemplazable, preferiblemente un grupo hidroxilo, lo suficientemente cerca del grupo C-N. Además de su capacidad para formar complejos con metales, las bases de Schiff tienen innumerables aplicaciones en muchos campos, como la farmacia, la medicina, la agricultura, los textiles, las pinturas y pigmentos, la industria, la fotografía, la catálisis y la tecnología de polímeros. Los complejos metal-base de Schiff también podrían tener cabida en algunas de las aplicaciones mencionadas.
Una revisión de la bibliografía reveló que se han impulsado pocas bases de Schiff a partir de la hidrazida P-toluica y el 2-hidroxi, 3-metoxi benzaldehído. A la luz de todos estos hechos, el autor preparó una nueva base de Schiff, la hidrazida orto-vanillina-para-toluica (OVPTH), e investigó en profundidad el comportamiento de sus complejos metálicos.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)