En 1993, un antiguo trombonista de la Orquesta Filarmónica de Dresde y un instalador de semáforos fueron los primeros que se propusieron poner un efervescente de agua potable en los hogares alemanes. Los comerciantes y los consumidores no están interesados.
La reputación del agua potable es peor que su calidad real. Al cabo de 18 meses, la empresa se queda en la ruina y tiene una deuda de 100.000 marcos. En el aparcamiento, el director general anuncia el final al copropietario y al asesor.
En ese momento, la secretaria abre una ventana del despacho y llama por teléfono al consultor. Esta llamada hace que millones de personas en Alemania...
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)