Puntuación:
El libro ofrece un examen en profundidad de la anatomía del siglo XIX y su significado cultural dentro de la profesión médica y la sociedad, explorando temas como la adquisición del cuerpo, la identidad propia y las implicaciones sociales de la enseñanza de la anatomía. Está bien documentado y es informativo, por lo que resulta valioso para los lectores interesados en el contexto histórico de la anatomía. Sin embargo, los lectores han señalado problemas con la calidad de impresión de la versión Kindle y problemas con la encuadernación física del libro.
Ventajas:⬤ Exploración exhaustiva y bien documentada de la anatomía del siglo XIX
⬤ proporciona valiosos conocimientos sobre la profesión médica y las implicaciones sociales
⬤ interesantes observaciones culturales y anécdotas históricas.
La mala calidad de impresión de la versión Kindle afecta a la legibilidad; las copias físicas tienen problemas de encuadernación con páginas que se caen.
(basado en 4 opiniones de lectores)
A Traffic of Dead Bodies: Anatomy and Embodied Social Identity in Nineteenth-Century America
A Traffic of Dead Bodies se adentra en la esfera de los estudiantes de medicina que robaban cadáveres, las bromas en las salas de disección y la fantasía anatómica. Muestra cómo los médicos estadounidenses del siglo XIX utilizaban la anatomía para desarrollar una identidad profesional vital, al tiempo que reclamaban autoridad sobre los vivos y los muertos. También presenta a las mujeres y los hombres de clase media, los trabajadores, los curanderos poco ortodoxos, los radicales culturales, los empresarios y los reformadores de la sanidad que resistieron y explotaron la anatomía para articular sus propias identidades y visiones sociales.
El siglo XIX fue testigo del auge de la profesión médica estadounidense: proliferación de médicos, revistas, organizaciones, sectas y escuelas. La anatomía ocupaba un lugar central en el plan de estudios, lo que permitió a la medicina estadounidense revestirse de la autoridad de la ciencia europea. Los anatomistas cruzaron la frontera entre la vida y la muerte, cortaron el cuerpo, lo redujeron a sus partes, lo enmarcaron con comentarios morales y lo representaron teatral, visual y textualmente. Sólo los iniciados en la sala de disección podían reclamar el privilegiado estatus curativo que conllevaba el conocimiento directo del cuerpo. Pero la anatomía dependía de la confiscación de los muertos, sobre todo de los cuerpos expoliados de afroamericanos, inmigrantes, nativos americanos y pobres. A medida que florecieron los mercados negros de cadáveres, también lo hizo la obsesión cultural por la anatomía, una obsesión que dio lugar a enfrentamientos sobre el estatus legal, social y moral de los muertos. Los ministros alababan o denunciaban la anatomía desde el púlpito; los alborotadores saqueaban las facultades de medicina; y las legislaturas aprobaban o derogaban leyes que permitían a las facultades de medicina llevarse los cadáveres de los indigentes. Los relatos de disección y las representaciones del cuerpo anatómico circularon por nuevos lugares: escuelas, museos, conferencias populares, espectáculos de juglares y novelas sensacionalistas.
Michael Sappol resucita este mundo de sepultureros y curanderos anatómicos, discerniendo nuevas ligaduras entre las relaciones de raza y género, las prácticas funerarias, la formación de la clase media y la profesionalización médica. En el proceso, ofrece una historia cultural absorbente y sorprendentemente rica de la América del siglo XIX.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)