Toscanini: Músico de conciencia

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Título original:

Toscanini: Musician of Conscience

Contenido del libro:

Puede que hoy resulte difícil de imaginar, pero Arturo Toscanini -reconocido ampliamente como el director de orquesta más célebre del siglo XX- fue en su día una de las personas más famosas del mundo. Como Einstein en la ciencia o Picasso en el arte, Toscanini (1867-1957) trascendió su propio campo, convirtiéndose en una figura de tal renombre que a menudo era imposible no ver alguna mención del maestro en los titulares diarios.

El aclamado historiador musical Harvey Sachs lleva mucho tiempo fascinado por la extraordinaria historia de Toscanini. Atraído no sólo por su ilustre carrera de sesenta y ocho años, sino también por sus innumerables muestras de valentía política en una época de tiranos, y por una existencia privada desgarrada entre el amor a la familia y la inquietud erótica, Sachs elaboró una biografía de Toscanini en 1978. Sin embargo, a medida que se iban abriendo los archivos y Sachs podía entrevistar a una lista cada vez mayor de familiares y colaboradores, se dio cuenta de que esta vida extraordinaria exigía una obra completamente nueva, y el resultado es Toscanini, una historia absolutamente absorbente de un hombre que fue incapaz de separar su espectacular carrera de la llamada de su conciencia.

Famoso por su feroz dedicación, pero también por su temperamento explosivo, Toscanini dirigió los estrenos mundiales de muchas óperas italianas, como Pagliacci, La Boheme y Turandot, así como los estrenos italianos de obras de Wagner, Brahms, Chaikovski y Debussy. Con el tiempo, como relata Sachs, dominaría no sólo La Scala de su Italia natal, sino también la Metropolitan Opera, la Filarmónica de Nueva York y la Orquesta Sinfónica de la NBC. También colaboró con docenas de cantantes estrella, entre ellos Enrico Caruso y Feodor Chaliapin, así como con las grandes sopranos Rosina Storchio, Geraldine Farrar y Lotte Lehmann, con quien mantuvo romances.

Aunque esta pasión consumidora difuminaba constantemente la distinción entre lo profesional y lo personal, forjó en él una firme oposición al totalitarismo y una valentía personal que le convertirían en un modelo para los artistas de conciencia. Ya en 1922, Toscanini se negó a que su orquesta de La Scala tocara el himno fascista, «Giovinezza», incluso cuando fue amenazado por los matones de Mussolini. Y cuando decenas de miles de refugiados judíos desesperados afluyeron a Palestina a finales de los años 30, viajó hasta allí a sus expensas para establecer una orquesta formada por músicos refugiados, y sus viajes fueron seguidos como los de un rey.

Gracias a un acceso sin precedentes a los archivos familiares, Toscanini se convierte no sólo en la biografía definitiva del director de orquesta, sino en una obra que se eleva en su exploración del genio musical y la conciencia moral, ocupando su lugar entre las grandes biografías musicales de nuestro tiempo.